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Pasta de Conchos, ¡justicia! // Familias, inclaudicables // Dieciocho años de lucha

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▲ Imagen de archivo de una visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la mina Pasta de Conchos para supervisar el rescate de los cuerpos de los 63 mineros atrapados por un derrumbe en 2006.Foto Presidencia
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a gran noticia sobre el hallazgo de los primeros restos de los mineros fallecidos en Pasta de Conchos el 19 de febrero de 2006 no hubiera sido posible sin la inclaudicable y perseverante lucha de los deudos (madres, padres, esposas, hijos y nietos, que nunca abandonaron a sus familiares fallecidos, rescate que les negaron tres gobiernos consecutivos), en el entendido de que no se trató de un accidente ni de una explosión –como intentaron justificarlo funcionarios y empresarios deleznables–, sino producto de la negligencia criminal de Grupo México y su dueño Germán Larrea, impune a lo largo del tiempo en connivencia con las autoridades federales y estatales.

La tenacidad de los familiares permitió superar todas las barreras impuestas por los deleznables gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto, hasta comenzar a recuperar a sus familiares tras 18 años de la tragedia. Los primeros reportes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a la que el presidente López Obrador encargó la tarea de rescate, son invaluables, pues confirman que los mineros murieron no por una explosión de gas metano, sino por la negligencia y abandono de Grupo México, todo avalado por los citados gobiernos, que nunca tuvieron la menor intención de iniciar los trabajos de recuperación, con alta posibilidad en ese momento de que aparecieran vivos.

Desde que se registró el supuesto accidente, lo denunció el dirigente minero Napoleón Gómez Urrutia: se trata de un homicidio industrial, revelación que de inmediato desató –por parte de Grupo México, Germán Larrea y la pandilla gubernamental– la persecución, exilio y constantes amenazas de muerte para él, su esposa e hijos, mientras a los deudos de Pasta de Conchos los reprimieron y les dieron largas y más largas, siempre apostando al olvido.

Como cápsula de memoria, vale mencionar que apenas tres semanas después del homicidio industrial en Pasta de Conchos, a Germán Larrea los diputados prianistas le garantizaron otro jugoso negocio (por alrededor de 550 millones de dólares adicionales al año): aprobaron reformas a la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional y a la ley minera para entregar al sector privado la explotación del gas metano (gas grisú) asociado a los yacimientos de carbón, es decir, el supuesto causante de la explosión en la mina.

Ayer, en San Juan de Sabinas, Coahuila, el presidente López Obrador, acompañado de Claudia Sheinbaum, presentó el Plan de Justicia para Pasta de Conchos, en el que participaron los deudos de los mineros fallecidos, y como parte de los detalles de cómo se lograron visualizar los primeros restos humanos el director corporativo de Ingeniería y Proyectos de Infraestructura de la CFE, César Fuentes Estrada, informó que en ese sitio no se presentaron altas temperaturas que pudieran derivarse de explosiones, es decir, al menos en esa área el rescate de los mineros con vida era más que posible, pero la empresa y el gobierno cancelaron los trabajos tan solo cinco días después de la tragedia.

El presidente López Obrador subrayó la histórica lucha de los mineros de la zona carbonífera, siempre por la justicia; ya se empezaron a encontrar, lamentablemente, restos de trabajadores, que indica que podemos rescatarlos a todos, como es el deseo de sus familiares. Vamos a seguir trabajando, y por lo mismo quiero antes de irme regresar aquí para poder entregar buenas cuentas. Deseo con toda mi alma que antes de irnos ya tengamos a los mineros con nosotros. Los deudos, dijo, nunca se rindieron.

Por su parte Claudia Sheinbaum dijo que los avances en la recuperación permitirán dar elementos para el esclarecimiento de lo ocurrido, y, por supuesto, sanar no sólo heridas familiares, sino también de todo nuestro país; siento su dolor, que ha sido desde hace 18 años uno de los más grandes no solamente de ustedes, de sus familias, sino es un dolor que también ha marcado a nuestro país. Desde entonces ustedes han encabezado una lucha por recuperar a sus seres queridos y por la justicia. Quiero expresarles que si por alguna razón estos trabajos no pueden ser culminados de aquí a que yo tome posesión, me comprometo con ustedes a continuarlos con la misma voluntad y determinación que ha tenido el presidente y su equipo.

Dieciocho larguísimos años y, por fin, llegó la justicia a Pasta de Conchos. Sólo faltan Grupo México y Germán Larrea.

Las rebanadas del pastel

Lo creían irrealizable, pero ahora las soberbias cabezas del Poder Judicial se muestran suavecitas y colaboradoras ante la inminente reforma constitucional a ese poder del Estado.

Twitter: @cafevega