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Apremia Stiglitz a cambiar el régimen tributario de EU

Sólo beneficia a los más ricos, declara ante comité del Senado

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▲ La desigualdad no es buena para la salud económica del planeta, señaló Joseph Stiglitz.Foto Francisco Olvera
Corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 13 de junio de 2024, p. 21

Washington y Nueva York. El Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, declaró este miércoles ante un comité del Senado que el sistema tributario de Estados Unidos necesita ser modificado para ser más equitativo y para servir al bienestar de todos los estadunidenses en lugar de sólo a Wall Street y los más ricos.

El sistema tributario contribuye explícitamente a la desigualdad y a la financializacion excesiva de la economía y distorsiona la distribución de capitales hacia los combustibles fósiles y bienes raíces y los distancia de inversiones que podrían elevar las normas de vida de manera sustentable, afirmó el ex asesor económico de la Casa Blanca (y colaborador de La Jornada) en una audiencia ante el Comité sobre el Presupuesto del Senado. Hoy día, multimillonarios tienen una tasa efectiva más baja que los estadunidenses de clase trabajadora, subrayó.

En una transmisión en vivo desde Nueva York, Stiglitz detalló varias reformas al sistema tributario que elevarían los impuestos sobre los ultrarricos, reduciría los niveles extremos de desigualad y abordaría la evasión fiscal. El Congreso debería de poner en marcha la propuesta del presidente (Joe) Biden, el impuesto mínimo sobre ingreso de multimillonarios, el cual obligaría a hogares con un valor mayor de 100 millones de dólares a pagar un impuesto anual mínimo de 25 por ciento sobre sus ingresos.

Agregó que ya que la riqueza se puede trasladar tan fácilmente a otros países, se requiere de la coordinación internacional para recaudar tal impuesto y señaló en particular la propuesta que Brasil presentará a los ministros de finanzas del Grupo de los 20 en julio, que impondría un impuesto mínimo global de 2 por ciento sobre la riqueza de todo multimillonario (aquellos con fortunas mayores de mil millones).

El uno por ciento de los estadunidenses ahora tiene 54 por ciento de las acciones en la bolsa de valores y la remuneración media de los ejecutivos en jefe de las empresas del S&P 500 llegó a un récord de 15.7 millones, comentó el senador demócrata Sheldon Whitehouse, presidente del comité, al abrir la audiencia. Los impuestos empresariales antes contribuían con una quinta parte o más del ingreso. Ahora es sólo 6 por ciento. Muchas empresas enormes pagan cero. Los multimillonarios pagan tasas menores que enfermeras y plomeros.

Para Whitehouse y sus colegas demócratas, el código fiscal federal está corrompido y podrido. Republicanos en el comité coincidieron en que el código está descompuesto, pero no están de acuerdo en la solución. El republicano de mayor rango en el comité, Chuck Grassley, argumentó que los impuestos reducidos promueven el crecimiento económico y acusó que las quejas de los demócratas sobre Wall Street eran hipocresía ya que cuando controlaban ambas cámaras del Congreso rehusaron incrementar los impuestos a los ricos y el sector financiero. Para corroborar su supuesto, Grassley citó ágilmente a la revista izquierdista Jacobin: los demócratas simularon como si estuvieran disciplinando a los magnates del capital privado. La verdad: los demócratas realmente los estaban protegiendo, tal vez porque las empresas de capital privado son donantes importantes a los demócratas.

Sarah Anderson, directora del proyecto de economía global del Institute for Policy Studies en Washington, quien también fue invitada a ofrecer una ponencia ante el comité del Senado, señaló que aunque el Congreso ha tomado algunos pasos para abordar estos asuntos en los últimos dos años, las instituciones financieras aún extraen demasiada riqueza de familias trabajadoras y canalizan demasiado de esa riqueza a bonos ejecutivos masivos que promueven la toma de riesgos excesivos, y hasta el fraude financiero.

Los republicanos invitaron por su parte a Michael Faulkender –un ex alto funcionario del gobierno de Donald Trump–, quien ahora es el economista en jefe en el America First Policy Institute fundado por el derechista antimigrante, Stephen Miller. Faulkender argumentó que uno por ciento de los hogares más ricos obtuvieron 26.3 por ciento del ingreso total real del país, pero pagaron 45.8 por ciento de los impuestos federales. Concluyó que elevar los impuestos sobre multimillonarios castigaría a empresarios exitosos y finalmente dañaría a los trabajadores.

Anderson señaló que en los hechos muchos de los individuos y negocios más ricos pagan muy poco en impuestos.

Dos de los cuatro bancos más ricos del país, Citigroup y Bank of America, pagaron una tasa efectiva de sólo 4 por ciento durante el periodo entre 2018 a 2021.

Los senadores acordaron que la política tributaria federal no cambiará este año electoral. Sin embargo, las reducciones de impuestos impulsadas por Trump y aprobadas por la legislatura en 2017 caducarán el próximo año, y los ricos y las empresas que se beneficiaron con esas medidas ya están cabildeando para que sean prolongadas.

Habrá una nueva ley sobre impuestos en 2025, pero qué tipo de ley, y quién se beneficiará más dependerá de quien gane las elecciones en noviembre.