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La humanidad envejece

C

ada vez somos más viejos como sociedad, y este fenómeno representa un gran reto para el futuro cercano. Para que se mantenga el equilibrio poblacional, se requiere que nazcan en promedio 2.1 niños por mujer, pero ese índice es menor en México y el mundo.

En los países desarrollados, la natalidad disminuye rápidamente y algo más grave sucede en China, ya que durante décadas se limitó la fecundidad a un hijo por familia y ahora es un país de viejos.

Es cierto que hay naciones en desarrollo en las que las familias tienen tres o más hijos, pero con los avances tecnológicos, el desarrollo económico y la mayor educación, cada vez hay menos familias con prole numerosa.

En el caso de México, de acuerdo con la Encuesta Sobre Dinámica Demográfica del Inegi, la tasa de fecundidad en 2023 fue de 1.60 hijos por mujer, frente a 2.01 en 2018, y tal parece que esa tasa bajará las próximas décadas.

Todavía hay Estados de la República donde se tienen muchos hijos: Chiapas (2.39), Zacatecas (2.32), Guerrero (2.30) y Michoacán (2.10). Este fenómeno está relacionado con un alto nivel de pobreza y un bajo nivel de estudios. En cambio, en la Ciudad de México, la tasa de fecundidad se encuentra en 0.96, y es la más reducida del país.

Ahora, los seres humanos vivimos en promedio más años. Por esta razón y por el control demográfico, rápidamente envejece nuestra sociedad, con demandas de más servicios para atender a este sector.

La reducción de la población a mediano plazo no necesariamente es un fenómeno negativo. Somos poco más de 8 mil millones de habitantes en el mundo y todavía la tendencia es a crecer por la inercia de nacimientos en las recientes décadas.

Se calcula que la población podría llegar a un tope de 10 mil millones de personas, lo que va contra el equilibrio de la naturaleza, porque consumimos todo tipo de bienes y servicios que ocupan más tierras y aguas en monocultivos, ganadería, bosques y aguas y, en general, en recursos naturales.

Por fortuna, la reducción de la población durante el próximo siglo permitirá mejorar el equilibrio y la diversidad biológica; aunque será a costa del envejecimiento de la población.