Espectáculos
Ver día anteriorViernes 7 de junio de 2024Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
El chamaco Ringo Starr se divierte con su Crooked Boy en el Auditorio Nacional
Foto
▲ El roquero, durante su presentación en el coloso de Reforma el pasado miércoles.Foto Ocesa / José Jorge Carreón
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de junio de 2024, p. 9

Un muchacho de 83 años oriundo de Liverpool, Inglaterra, se divirtió, como dicen coloquialmente, como enano la noche del miércoles en el Auditorio Nacional.

Lo hizo con algunos amigos a los que exhibió sus dotes para ilustrar junto con ellos paisajes de colores con sus paletas de artistas plásticos del rock que se tradujeron en historias clásicas de The Beatles y otras tantas de su repertorio como solista.

Fueron, más que escuchadas, sentidas a fondo por una multitud entregada en el recinto de avenida Paseo de la Reforma.

El chamaco Ringo Starr enseñó que puede ser alguien a quien quieres de amigo: un hombre sencillo con un show minimalista que hizo que su nombre fuera coreado en varias ocasiones por el respetable.

Por cierto, los cuates que acompañaron a don Ringoberto a dar su tocada de alta gama, iluminaron con texturas propias la finura de un ser destellante en la historia de la música actual.

Hablamos de chicos talentosos con décadas de conciertos en su haber, entre los que estuvieron el guitarrista de Toto, Steve Lukather; el líder de Men At Work, Colin Hay; el fundador de Average White Band, Hamish Stuart; el saxofonista, flautista y tecladista Warren Ham, otro virtuoso multinstrumentista que ha colaborado con Kansas y Toto, y el ex baterista de Maynard Ferguson y de David Lee Roth, Gregg Bissonette.

Edgar Winter, miembro del All Star desde hace mucho tiempo, se ausentó de la gira debido a una enfermedad. Su lugar está siendo ocupado temporalmente por el tecladista y guitarrista de gira de Aerosmith, Buck Johnson.

Ringo & His All Starr Band, con los que promueve su quinto epé de nombre Crooked Boy, publicado el 20 de abril, dejó un tatuaje multigeneracional ante miles.

Ensayo

Poco antes del concierto, Ringo planteó ante unos cuantos invitados y miembros de prensa –entre éstos, La Jornada– su teoría acústica hiperrocanrolera que presentaría tiempo después al pleno del foro.

Divertido como siempre, el simpático beatle dijo al petit comité que estuvo en el soundcheck: Lamento haber llegado tarde... Hay mucho tránsito.

Durante la prueba de sonido (de tres rolas) en el Auditorio Nacional, donde tres horas después presentaría su reciente epé de cuatro canciones Crooked Boy, aseveró: hubiera querido estar en 2020 pero todos sabemos qué pasó.

Ya en el show de la noche sonaron piezas de los Fab Four, de Toto, de Men At Work y del propio Ringo como solista.

Se escucharon Matchbox, It Don’t Come Easy, Rossana, Pick up the Pieces, Down Under, Boys, I’m Greatest, Yellow Submarine, Cut the Cake, Octopus’s Garden, Back Off Boogaloo, Overkill, Africa, Work to Do, I Wanna Be Your Man, Who Can It Be Now?, Hold the Line, Photography With a Little Help From My Friends y Give Peace a Chance, esta última de su amigo John Lennon. Fue una andanada de excelentes arreglos ejecutados con soberanía sonora.

Ringo se había presentado en la Ciudad de México hace cinco años. Y canceló otra por el confinamien, to. Esta vez volvió a gritar, con su Crooked Boy bajo el brazo y su eterna señal de amor y paz, que viva México. Y lo hizo por cada poro de su piel. Se ganó el clásico grito colectivo: olé olé olé, Ringo, Ringooo.

Las rolas del combo de Ringo retumbaron con la potencia de una banda de muchachos enjundiosos, que giraron so pretexto del nuevo epé, que surgió como una explosión repentina. Cuando Ringo le pidió una rola a Linda Perry, le dijo: “si tienes una canción, si te apetece, envíamela y la pondré con las otras tres que tengo en mi (próximo) epé. Las otras tres canciones eran como canciones pop. (Y) T Bone me envió una canción country muy conmovedora, y pensé: “¡Bueno, ahora voy a hacer una cosa country. Pero así es como trabajo. Es como si los movimientos se hicieran y yo continuara con éstos. No es como si me sentara allí pensando: ‘bueno, ahora voy a hacer uno de campo’”.

Starr, quien apenas en noviembre pasado publicó su octavo libro, Beats & Threads: Fashion of a Beatle, dejó grata impresión al margen de las páginas ya escritas en la historia de la música popular.