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Cuando la utopía es evitar la catástrofe
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scribió Rafael Landerreche en noviembre de 2015 en La Jornada un texto bastante esclarecedor para comprender las nuevas estaciones climáticas con altas temperaturas, lluvias escasas y otros acontecimientos de nuestra realidad llamado Cuando la utopía es evitar la catástrofe. Landerreche narra la reflexión que le dio conocer el pensamiento de Hermann Bellinghausen frente a los sucesos terroristas de París en el mismo año.

Rafael narra que dentro del texto de Bellinghausen se busca comprender el cambio que ha habido en lo que se proponía en la Francia cuna de la libertad como utopía y como ésta ha cambiado por distopías apocalípticas en las que se envuelven los actos terroristas, él lo llama la tercera guerra mundial (o la cuarta, según el sub Galeano), con consecuencias irreparables para el medio socioambiental.

El autor pone el dedo en la herida al observar lo curioso que los hechos terroristas sucedieran días antes de la reunión de la COP21 (conferencia sobre el cambio climático) que presidió en París, creando un estado de sitio en la ciudad para los participantes en la conferencia. Es por eso que narra una nostalgia sesentaiochera, de cuando los muros de París animaban a los estudiantes del mundo gritándoles: Seamos realistas, pidamos lo imposible.

Será producto de la COP21 el gran acuerdo de París donde se busca con urgencia retroceder el cambio climático por los desastres que pudieran ocurrir para el planeta, es por ello que se propuso un límite de 2 grados Celsius al calentamiento de la Tierra como el máximo que no se podría rebasar sin entrar en un proceso irreversible y catastrófico de deterioro ambiental.

Al juzgar desde el futuro es claro que las políticas ejercidas de los países firmantes fueron insuficientes e ineficientes, cada vez es más clara la transformación climática en que vivimos, el desabasto de agua, entre otras muchas consecuencias del deterioro del planeta; en 2015 Landerreche narra cómo especialistas se preocuparon por el límite de dos grados propuesto por la COP21, es demasiado alto, que, como máximo, debería fijarse en 1.5.

Es notorio el crecimiento de la temperatura en muchas partes de México, pero es el resultado de la transformación radical que están sufriendo las estaciones del año. Es de preocupar las diversas manifestaciones del cambio en otros países como las inundaciones en Brasil, que han dejado 1.7 millones de personas afectadas y 163 muertos o las 228 muertes que han dejado las inundaciones en Kenia, ambas provocadas por los cambios climáticos.

El Centro Nacional de Huracanas (CNH) pronostica para México la formación de por lo menos 20 ciclones tropicales en la zona del Pacífico y 17 ciclones en el Atlántico para 2024. ¿Estamos preparados para las inundaciones, o los fríos extremos, o las sequías prolongadas? ¿Están preparadas las plantas, animales, etcétera, para el cambio radical de las estaciones?

La preocupación se ve lejana para las grandes compañías aliadas con gobiernos voraces que buscan depredación natural para la creación de riqueza, pensar que nueve años después de la reflexión de Rafael se hace pertinente y urgente pensar que la utopía es ser realistas, la revolución debe ser la urgencia de evitar la catástrofe.

* Maestro