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Nosotros ya no somos los mismos

Ocurrencias de la aristocracia económica y política // Alito contra Máynez

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▲ Claudia Sheinbaum podría ofrecer a la oposición una inusual propuesta: ¿Desean que, para fundamentar la unidad y el compromiso que México necesita, nuestra coalición política acepte un recuento voto por voto, casilla por casilla?.Foto Cuartoscuro
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l pasado 20 de mayo lo dedicamos para dar a conocer las innúmeras perlas japonesas, así las llamaba don Raúl Prieto, periodista non, de mediados del pasado siglo, a todas las barrabasadas que tanto funcionarios, políticos, conductores, periodistas o intelectuales pronunciaban o escribían, convirtiendo sin recato el idioma hablado o escrito en el que pretendían comunicarse en un supremo galimatías. Que yo recuerde, Nikito Nipongo, tal era el seudónimo de don Raúl Prieto, solamente publicó un tomo (por demás hilarante), de las ocurrencias de la aristocracia económica y política del México de entonces. Si al mismo tema se dedicara una edición semejante en la actualidad, obviamente se requeriría una serie de tomos digna de una enciclopedia. Con la ventaja, eso sí, de que el compilador y comentarista no tendría que afanarse buscando a los múltiples personajes que le proporcionaran la materia prima indispensable para su trabajo, porque la oferta es vasta y se concentra en una sola personita, ahora sumamente asediada por los medios de comunicación y los eternos caza gazapos con los que inundan luego las benditas/maldecidas redes sociales. Compadezco a los compañeros que cubren la fuente política, que tendrán que regresar al arduo trabajo diario de estar en varios lugares al mismo tiempo, un don singularísimo otorgado a San Juan Bosco, fundador de la congregación de los reverendos padres salesianos, dedicados fundamentalmente a la educación de niños y adolescentes. Don Juan hubiera podido estar presente en las conferencias que ofrecían al mismo tiempo y en diversos lugares el líder nacional del PRI ( Alito. Perdón por el ridículo mote, pero no sé su nombre), y su candidata (a 33.3 por ciento) a la presidencia, Xóchitl. Esto, sin embargo, no hubiera sido mayormente necesario, pues los contenidos y los moditos eran del todo similares. Ambos, por ejemplo, tienen una gran fijación con los órganos reproductivos de la raza humana (única raza existente, por cierto). El llamado Alito, haciendo residir toda la capacidad intelectual, carácter, temperamento, emociones y, por supuesto, complexión física, retó agresivamente al audaz (y muy calculador) candidato presidencial Máynez (como a él le gusta presentarse) a mostrar quién es el hombre o mujer que más necesita el país para ser conducido, el próximo sexenio a la Jauja mexicana. Bravuconada que no tendría mayor resonancia, ni siquiera mediática, porque el mentado Alito tiene como costumbre hebdomadaria tratar de epatar al auditorio nacional con gestos por demás desafortunados y grotescos que al menos a mí me recuerdan de inmediato al inmenso simio (Andy Serkis) fiero y tierno King Kong, que desde la torre de un rascacielos defiende hasta la muerte a su amada imposible (e incomprensible) la bellísima Ann Darrow (Naomi Watts). Con todo lo desproporcionado del reto (presidente de un partido contra un candidato presidencial), lo que verdaderamente pasmó al auditorio nacional fue el tipo de armas que se utilizarían en el desafío. No, no eran espadas, floretes, cimitarras, lanzas o dardos. Tampoco armas de fuego: revólver, escuadra, rifle, cañón o escopeta. ¿Entonces? Pues como decía un viejo anuncio: “Aunque usted, no lo crea…” las armas seleccionadas por el retador, Alito, a quien no le correspondía escogerlas, por cierto, son por primera vez en la historia consideradas como el armamento apropiado para dirimir una disputa. Para terminar este ovoide comentario, baste decir que el HUEVO es un sustantivo que se refiere al producto que recibimos de la hermana gallina y que constituye, más allá de nuestros almuerzos, múltiples platillos y guisos que a casi a todos nutren y complacen. Por su parte, el GÜEVO es otro sustantivo con múltiples acepciones pero, por lo pronto anotemos: expresión vulgar que hace referencia a los genitales masculinos. Hablaremos de este asuntito en próximas entregas, agregando por supuesto otra audaz afirmación de la ex candidata X. Gálvez: Mis ovarios son del tamaño de unas toronjas ¡Está cañón!

Por lo pronto, una sugerencia: que Claudia ofrezca a la oposición una inusual propuesta: ¿Desean que, para fundamentar la unidad y el compromiso que México necesita, nuestra coalición política, Verde, Del Trabajo, acepte un recuento voto por voto, casilla por casilla?, ¿verdad que no somos iguales?

X: Ortiztejeda