Opinión
Ver día anteriorLunes 3 de junio de 2024Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Insólito y extraordinario
I

nsólito porque es la primera ocasión en la historia de Estados Unidos que se condena a un ex presidente por la comisión de un delito, 34 para ser más exactos. Máxime porque ese ex mandatario es nada menos que el candidato que quiere relegirse en la presidencia por el Partido Republicano. Extraordinario debido a que el jurado, en forma unánime, encontró culpable a Trump en todos y cada uno de los delitos de los que se le acusa. Baste decir que, si uno de los 12 miembros que integran el jurado hubiera discrepado en sólo uno de esos 34 delitos, el juez hubiera declarado nulo el juicio en su totalidad. Se abre ahora un periodo en el que Trump y su equipo de abogados deberán decidir si apelar a esa decisión y abrir un nuevo capítulo en el que un tribunal de apelaciones decidirá si acepta dar cauce a la apelación. De ser aceptada la apelación, entonces se abrirá una revisión del juicio cuya duración es difícil de prever.

Por lo pronto, a mediados del próximo mes, el juez determinará la magnitud del castigo que recibirá el acusado una vez que reciba y aquilate la opinión de un comité integrado por profesionales de varias disciplinas. Trump podría cumplir la sentencia en libertad condicional, tomando en consideración que las características de los delitos que cometió no ameritan cumplir la condena en la cárcel.

El impacto de la condena con seguridad será un elemento importante en los comicios de noviembre. Será el juicio final de una sociedad que no ata a definir si continúa fortaleciendo su sistema democrático, como lo ha hecho durante más de dos siglos, o decide virar hacia uno en el que la moral y la ética serán hechas a un lado, según se presume por la conducta de Trump y muchos de sus aliados.

Son muchas las consideraciones que se deberán poner en perspectiva sobre la trascendencia del juicio a Trump, así como sus múltiples ramificaciones. A partir de hoy, lo obvio es que Trump usará todos los medios a su alcance, como ya lo hace la mayoría de líderes republicanos, para hacer una drástica evaluación sobre el juez y el jurado que lo condenó. De hecho, continuarán alegando que el juicio ha sido un travestí entre newyorkers. La pregunta fundamental es ¿cómo lo entenderá el sector del electorado independente, que será el que incline la balanza a favor o en contra de Trump en las urnas? Pondrá el clavo final en el féretro del ex presidente o estará dispuesto a pasar por alto cualquier infracción a su sistema de justicia y, en último lugar, a su democracia, a cambio de avalar el carisma de un líder cuya idea del poder es mesiánica y unipersonal. El sistema democrático pasará un examen definitivo según la opinión de unos cuantos millones de ciudadanos cuyo concepto de democracia difiere con el de la mayoría.

Será el momento en que el presidente Biden, el partido y los líderes demócratas también harán una reflexión sobre lo acertado o equivocado de la estrategia que han seguido para convencer a la mayoría de la sociedad sobre el valor y la importancia de sus propuestas. Según las encuestas de opinión, parece que una parte de la sociedad, entre ellos un sector importante de trabajadores sin una educación superior, y aquellos que no se han beneficiado del crecimiento, no ha entendido o están inconformes con las reformas del presidente Biden, por considerar que benefician principalmente a una élite.

La forma en que el veredicto en Nueva York influirá en la elección de noviembre es una incógnita. De lo que no hay duda es que los electores pensarán dos veces en votar por un candidato convicto por haber cometido un delito, en otras palabras, por un delincuente.