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Taller de literatura refleja la terrible realidad cultural y política del país

La obra de José Agustín Solórzano ganó el Premio de Novela Joven José Revueltas 2022

 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de mayo de 2024, p. 5

Me gusta escribir y para mí la escritura no tiene géneros, asegura José Agustín Solórzano (Valle de Santiago, Guanajuato, 1987), cuya novela Taller de literatura (Fondo de Cultura Económica, 2023) se inscribe en el género negro. Los libreros serán los que tienen la última palabra en cuanto a en qué lugar colocan tu libro. Es un tema más comercial que de literatura, acota. En su caso, primero está la idea, no a qué género pertenece.

La idea detrás de Taller de literatura, obra ganadora del Premio Nacional de Novela Joven José Revueltas 2022, y su personaje principal, un periodista de nota roja, se remonta a 2017. Adquirió forma después en un taller de literatura que dimos unos amigos y colegas escritores en Morelia, donde Solórzano radica desde hace 18 años. Cada quien propuso escribir una novela.

A partir de las pocas páginas ya redactadas, surgieron nuevos personajes, también la idea de que tenía que ser una novela policiaca con tintes de humor negro. La literatura se volvió un tema en sí junto con los de la delincuencia organizada, la desaparición y el feminicidio. El resultado fue una novela directa, cruda, con la intención de dejar al descubierto muchos de los vicios y lo terrible que puede ser la realidad cultural y política de nuestro país, expresa Solórzano a La Jornada.

Los escritores como personajes, así como la violencia, han sido recurrentes en sus novelas anteriores Rompecabezas (2015) y Ciudad en blanco (2019), aunque no en su poesía. Con la violencia busca evidenciar esta parte oscura que tiene el ser humano, además de mostrar que mueve muchos hilos, mucha energía en cuanto a lo que hacemos o no hacemos como humanos.

Taller de literatura es ficción, pero bien podría no serlo. No se basa en una historia verdadera y los personajes no existen, pero sí es real todo lo que contextualiza eso: el crimen organizado, el descuido en las instituciones y en los medios. El autor reconoce que hay personas, como el personaje de Aquiles al que le dicen Gokú, crecidas en los barrios, cuya única alternativa está en el crimen y la violencia.

Escrito con un lenguaje ameno, hay mucho del autor en los personajes en la medida que Solórzano trabajó en un par de periódicos, no como reportero, sino como editor y corrector de estilo. Conozco el mundo de los diarios, los locales al menos, cómo se manejan, cómo hay ciertos privilegios según quién paga la publicidad; qué tanto llegan a la nota roja las cosas que deben llegar y qué se oculta del público. Todo esto lo viví de cerca.

Por otro lado, creció también en el ambiente literario y desde los 18 años quiso escribir de manera profesional: Empecé a darme cuenta de cómo se maneja la literatura tanto a nivel institucional como personal. Qué aspiraciones tienen los jóvenes, uno mismo, cuando comienza a escribir. Todo esto no te sirve para tu vida, pero sí para escribir historias.

En la novela se critica al mundo literario y se evidencian las flaquezas del periodismo. Criticar al mundo literario es, de por sí, uno de los temas de Solórzano, aunque “a veces no se habla mucho de ello. Cuando uno forma parte de un gremio trata de protegerlo. En nuestro país la literatura es completamente institucional. No hay salida de libros si no es por medio de una editorial, una institución, gracias a una beca o un premio. No hay otra manera, a menos de que uno pague todo el proceso editorial, que es complejo, caro y casi nunca resulta.

Por lo general, los escritores tratamos de proteger a nuestros compañeros, nuestro grupo o medio. Tampoco por eso suelen hablar de los vicios que hay dentro de esto. Es necesario evidenciar ciertos pensamientos porque también en el medio cultural hay corrupción, egoísmo, eso que a veces quisiéramos ocultar. Suponemos que los artistas representan algo bueno, pero tienen los mismos vicios que un policía, por decirlo de alguna manera.

En cuanto al periodismo, Solór-zano pregunta si de verdad lo hacemos o si sólo se redacta para cubrir cierta cantidad de palabras y llenar las páginas del diario, porque lo que vende es el anuncio, no la información.

Taller de literatura es una crítica que pretende entender lo que está allí. No se trata de dar un mensaje o buscar un cambio, sino más bien evidenciar lo que percibo en estos medios y que las personas vean que no siempre todo es color de rosa.

–¿Cuál es su valoración de la novela policiaca o negra actualmente en México?

–No quisiera pecar de conocimiento y decir hacia dónde va la novela negra. Simplemente, desde mi perspectiva, hay mucho qué dar en el género, no porque seamos mexicanos ni porque vivamos inmersos en algo así. Sin embargo, la realidad en México nos proporciona muchas herramientas para trabajar el género.

“En esta realidad de tiktoks y consumo masivo de videos cortos, son pocos los géneros literarios que pueden llegar a las masas. Para mí la novela negra, de misterio o el thriller son géneros que todavía pueden masificarse, incluso pasar del formato papel a una serie audiovisual, que ahora son más consumibles. Es un género que se puede masificar, a diferencia de la poesía o la novela histórica.”