Imagina que cierras los ojos, no puedes ver absolutamente nada. Hay personas que te guían por un lugar inundado por el canto de las aves, por momentos el viento acaricia tu piel. Se te invita a sentir la textura de los troncos, que pueden ser rugosos, lisos, grandes, delgados o flexibles. También puedes sentir las hojas de los árboles, que en ocasiones son grandes, onduladas, duras, aterciopeladas, gruesas, finas o del tamaño de una moneda. Tú nariz detecta aromas, algunos conocidos, que te recuerdan a la cocina o a tu propio jardín, otros son exóticos, pero igualmente interesantes. Te damos la bienvenida al Jardín Botánico Regional “Roger Orellana”, un espacio abierto a la diversidad de nuestros visitantes.
El Jardín es un espacio de 2.6 hectáreas con 20 colecciones de plantas y una de abejas meliponas. Fue fundado en 1983, por lo que este año cumple su 40 aniversario, y cada día nos esforzamos por seguir mejorando. Hemos detectado que, al igual que en otros espacios públicos, el jardín presentaba barreras que impiden a algunas personas recorrerlo, por ello decidimos trabajar por convertirnos en un espacio inclusivo.
La estrategia principal para la inclusión, es aprovechar la sensorialidad de las personas a través de las colecciones. Para ello, el primer paso fue rehabilitar nuestros senderos para que sean transitables de manera segura por la mayoría de las personas, incluyendo sillas de ruedas. A partir de ahí dirigimos nuestros esfuerzos en la atención a visitantes con capacidades diferentes. Una de las primeras acciones, fue el colocar, además de las cédulas de información escritas en español, inglés y con audio en lengua maya, etiquetas en lenguaje Braille para facilitar el acceso universal al conocimiento.
Así, al comienzo del recorrido por las primeras colecciones, podremos reconocer sensorialmente los frutos del achiote que se encuentran en el solar maya, el aroma del kanisté o el tauch en los frutales no convencionales, el inconfundible olor de la hoja santa, en las plantas medicinales, y las texturas, sabores y aromas de las especies de plantas aromáticas entre las que encontraremos a la albahaca de monte (Ocimum campechianum), más conocida como xkakaltuum que es su nombre en lengua maya, y que puede resultar de olor fuerte y desagradable, o bien tener un aroma suave y sutil, pero eso dependerá de la hora del día en que se corte; o bien, toparnos con el jazmín de monte (Casearia yucatanensis), llamado puuts’ mukuy en maya y que, en los meses de marzo y abril, inunda el ambiente con el aroma de sus flores.
Más adelante, al llegar al estanque donde se encuentra la colección de plantas acuáticas y subacuáticas, el sonido del agua nos transportará de inmediato a un lugar fresco e inundado por los cantos de las más de 90 especies de aves que habitan en el Jardín.
Otros aromas que acompañarán nuestro recorrido son, el del epazote (Dysphania ambrosioides), una planta que se utiliza comúnmente al cocer frijoles, por lo que es ampliamente conocida. Olerla nos puede traer recuerdos, tal vez de las comidas familiares o de las veces que nos mandaban a comprarla en el mercado o cortarla del jardín. Además, el epazote es una planta medicinal… Más allá, hay un árbol cuyo aroma, de primera mano resulta un enigma. Su olor te recordará al clavo o la canela, incluso a la menta. Este aroma tan difícil de distinguir, le dio su nombre en inglés “allspice”, que se traduce como: “todas las especies” y se trata de la pimienta de Tabasco o boox pool (Pimenta dioica), de la cual no sólo sus frutos, sino también sus hojas presentan ese misterioso aroma.
Si seguimos por los senderos que llevan a cada una de las diferentes colecciones, un sonido evocado por móviles de viento nos ayudará a reconocer los distintos espacios por donde caminemos. Aromas, sabores, texturas y sonidos nos llevarán a sensibilizar a nuestros y nuestras visitantes, acerca de la gran responsabilidad que tenemos sobre el ambiente, al sumergirlos en una naturaleza más sensorial a través de una ruta profusa en sensaciones que hará de su visita al Jardín, una experiencia realmente significativa.
Gracias a la enorme diversidad que existe en el reino vegetal, en el Jardín Botánico Regional “Roger Orellana”, podemos adecuarnos a las características de nuestros visitantes, brindándoles una experiencia sensorial muy emocionante. Además, comunicamos información importante sobre las especies, como su uso en la cocina o en la medicina, su lugar de origen o si son especies endémicas (que crecen silvestres exclusivamente en una región, estado o país). De esta forma, logramos cumplir con nuestra misión de fomentar y difundir el conocimiento, la conservación y el disfrute de los recursos vegetales. Y tú, ¿te animas a cerrar los ojos y dejarte llevar por la educación con aroma a inclusión?
Agradecemos a las personas que laboran en el Centro de Atención Integral a la Discapacidad Visual en Yucatán (CAIDIVY) por su apoyo, colaboración y orientación en este importante proceso. •