El aroma exquisito e inconfundible que despiden las plantas de albahaca y su sabor tan especial, la han hecho conocida mundialmente. Ese aroma tan particular nos transporta de inmediato a lugares o momentos especiales, a las cocinas y sus platillos, a ceremonias y sus significados. El nombre albahaca o albaca proviene de la palabra “al-habaqa”, nombre que los árabes daban a las plantas aromáticas de uso culinario. Existen cerca de 70 especies de ella alrededor del mundo, pertenecientes al género botánico Ocimum, de la familia Lamiaceae.
Sin embargo, las distintas especies de albahaca no son solo usadas en la cocina por sus atributos aromáticos, también son reconocidas por sus usos medicinales. Tal es el caso de la especie de albahaca de nuestro interés en este ensayo, la albahaca de monte, de nombre científico Ocimum campechianum, nativa de Centro y Sudamérica, una planta muy apreciada que ha sido utilizada desde tiempos prehispánicos en la medicina tradicional.
En la península de Yucatán, la albahaca de monte, conocida también como x kakaltu’um en lengua maya, forma parte del acervo de plantas medicinales de la cultura maya. Médicos tradicionales contemporáneos la consideran, incluso, como la planta nativa más valiosa de uso en la región. La albahaca de monte se emplea para diversos tratamientos, destacando su versatilidad para curar distintos padecimientos.
Las infusiones hechas con sus hojas, administradas de forma oral como bebidas saludables, se utilizan para tratar desórdenes gastrointestinales, tales como disentería, gastritis, cólico abdominal, inflamación intestinal, diarrea y problemas digestivos. Las hojas se aplican de forma tópica para tratar afecciones de la piel como heridas en diabéticos, hongos, viruela, lepra, verrugas, granos, además de úlceras en la boca y conjuntivitis. Es usada para tratar la diabetes, la hipertensión y contra el cáncer de estómago y sangre. Otros usos tradicionales de la albahaca de monte incluyen, su decocción para tratar el susto (una enfermedad popular) causado por un evento fuerte y/o aterrador, y preparaciones de hojas como abortivos.
Los beneficios que la gente le confiere a la albahaca de monte para la salud de las personas, se atribuyen principalmente a los aceites esenciales (mezcla de compuestos químicos altamente volátiles) que produce y almacena en partes de la planta. Sus compuestos principales son: eugenol, 1,8-cineol y β-cariofileno, quienes, a su vez, le proporcionan ese aroma fresco, con un toque dulzón y muy penetrante a la albahaca de monte. Aunque las distintas especies de albahaca son ricas en aceites esenciales, estos pueden variar en la misma especie y según las condiciones de crecimiento. Por ello, este aspecto amerita estudiarse para dilucidar su efecto en la eficacia de los usos tradicionales.
Actualmente, se conoce muy poco sobre la fitoquímica de la albahaca de monte, pues sólo su aceite esencial ha sido caracterizado. No obstante, estudios preliminares, y prometedores, sugieren que las hojas de la albahaca de monte y sus raíces, pueden ser una fuente potencial de metabolitos bioactivos. Lo anterior se debe a las propiedades antioxidantes, antihiperglicémicas, antiproliferativas, antimicrobianas y bioplaguicidas reveladas recientemente.
En la península de Yucatán, la albahaca de monte crece silvestre en zonas áridas-semiáridas y subhúmedas cálidas. Prefiere los espacios abiertos, arenosos y muy rocosos de la vegetación forestal. Puede encontrarse en bordes de caminos rurales, y en huertos familiares, pero en mucho menor frecuencia. La albahaca de monte, por su condición de hierba silvestre (no rebasa 50 centímetros de altura), para algunos no posee un atractivo visual interesante, recibe muy poca atención y es desconocida por muchos. Por ello, es prioritario dar a conocer más de cerca a esta planta pequeñita, para valorarla y deleitarnos con su aroma y también con los sorprendentes beneficios que aporta, como sus propiedades medicinales excepcionales.
La forma convencional para obtener el material vegetal para su uso es la recolección directa de plantas de las poblaciones silvestres, pero se puede reproducir por esquejes y semillas. Por lo cual, es necesario llevar a cabo actividades de manejo que lleven a su domesticación y cultivo para garantizar su disponibilidad.
En días recientes, muy gratamente, nos percatamos del uso de la albahaca de monte como planta ornamental, formando parte de la composición florística principal de los jardines que adornan un hospital en el norte de la ciudad de Mérida. La ventaja de estas albahacas es que son plantas únicas, adaptadas al suelo y clima del lugar donde crecen. Así que, la próxima vez que te encuentres caminando por las áreas verdes de algunos jardines, huertos familiares o traspatios, o al interior de la vegetación forestal que rodea las comunidades de la región, te invitamos a buscar, entre las hierbas, a esas plantas aromáticas pequeñitas y muy benéficas. •