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Papeles de Pandora=los de siempre // Fuga, evasión y paraísos fiscales // ¿A dónde fue la riqueza nacional?

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▲ Evergrande venderá una participación mayoritaria en su negocio de gestión de propiedades por más de 5 mil millones de dólares, reportaron medios chinos, un acuerdo que representaría la venta de activos más grande hasta ahora para el desarrollador inmobiliario, actualmente agobiado por las deudas. Global Times, un diario estatal chino, aseguró que Hopson Development fue el comprador de una participación de 51 por ciento en el negocio inmobiliario por más de 40 mil millones de dólares de Hong Kong (5 mil 100 millones de dólares) En la imagen, mototaxistas estacionados frente a la sede de Evergrande esperan clientes. (Con datos de Reuters)Foto Ap
¿N

ovedad? Pues no, porque es más de lo mismo de siempre y, sobre todo, más de los mismos de siempre, ergo, hay que esperar los mismos resultados de siempre. A lo largo de los últimos años se han acumulado decenas de miles de páginas que documentan y denuncian el juego predilecto de multimillonarios, grandes corporativos y uno que otro colado: masiva evasión tributaria, fuga de capitales, lavado de dinero, empresas offshore, permanente uso de paraísos fiscales para proteger sus haberes (no pocos de ellos mal habidos) y sangría para las naciones en las que originalmente amasaron sus fortunas, sólo para exportarlas a lugares seguros. ¿Y qué sucede tras ser descubiertos? Nada, salvo un cúmulo de discursos de los involucrados (juro que esos dineros y propiedades las reporté en tiempo y forma) y de las autoridades (investigaremos y actuaremos hasta las últimas consecuencias, aunque en los hechos nunca sucede nada).

Ahora son los Papeles de Pandora (gracias al encomiable trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación), pero en los últimos años se han conocido y denunciado, cuando menos, casos como Swiss Leaks (en el que uno de los facilitadores fue la trasnacional financiera HSBC, también con escándalos por lavado de dinero del narco mexicano), Papeles del Paraíso, Papeles de Panamá y el asunto de la Banca de Andorra, en los que los participantes mexicanos son prácticamente de las mismas familias y grupos políticos –con algunos agregados eventuales–, es decir, súper multimillonarios siempre asociados a jugosos negocios con dineros públicos y propiedades otrora de la nación, con la complicidad de la clase política, la cual, también, protege sus dineros mal habidos en los paraísos fiscales.

En los Papeles de Pandora aparecen poco más de 3 mil mexicanos de diferente calibre político-económico, pero el balance es el mismo que en ocasiones anteriores: evasión fiscal, fuga de capitales, empresas offshore, etcétera, pero sin investigaciones ni responsables. Como alguna vez comentamos en este espacio, los casos citados se suman al de por sí grueso historial de la justicia a la mexicana, en el que tratándose de peces gordos siempre aparecen responsabilidades, pero nunca responsables; violaciones a la ley, pero no violadores; asesinatos sin asesinos; delitos sin delincuentes, evasión sin evasores y, en fin, lavado de dinero sin lavadores. Todos se lavan las manos, fingen demencia y a otra cosa mariposa.

Destape tras destape, se repiten los nombres de las familias político-empresariales y de vez en vez aparecen otros nombres. De hecho, en los Papeles de Pandora hasta la 4-T aporta lo suyo: Julio Scherer Ibarra, ex consejero jurídico de la Presidencia de la República; Jorge Arganis Díaz Leal, secretario de Comunicaciones y Transportes, y el empresario minero Armando Guadiana, ahora senador por Morena. Todos ellos, aderezados con los nombres de magnates (por ejemplo, Germán Larrea y Alberto Bailleres, Ricardo Salinas Pliego, María Asunción Aramburuzabala, Olegario Vázquez Raña, la muy católica familia Servitje, los Bours de la guardería ABC de Sonora, amigos y familiares de Carlos Slim, de la familia Azcárraga y de la estirpe de Manuel Espinosa Yglesias) y políticos (amigos y familiares de Peña Nieto, entre otros), más los siempre píos mercenarios de Cristo y organizaciones similares, todos más que conocidos y padecidos.

Cuando en México se divulgó el contenido de los Papeles Paraíso, en 2017, el entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade, junto con el titular del SAT, Osvaldo Santín Quiroz, prometió averiguar e informar si se trataba de actividades ilícitas o no. Nunca publicaron la investigación, si en realidad la hicieron (tampoco en el asunto de la lavandería de HSBC). Lo mismo sucedió con sus contlapaches Luis Videgaray y Aristóteles Núñez (en iguales posiciones, respectivamente) tras la bomba Swiss Leaks y los Papeles de Panamá. Y así en todos los casos, mientras los involucrados no han dejado de fugar capital, evadir impuestos y recurrir a los paraísos fiscales. ¿Dónde quedó la riqueza nacional?

Las rebanadas del pastel

¿Qué sucederá? La pelota está en la cancha de la Unidad de Inteligencia Financiera, el SAT y la Fiscalía General de la República. Pero si nada van a hacer, como en las ocasiones anteriores, mejor ahórrense el discurso.