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Inundaciones
Subestimamos la fuerza del río, dice una madre en Tula

Decenas de familias que perdieron todo viven en albergues; a quienes se niegan a salir de sus casas voluntarios les dan comida

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 9 de septiembre de 2021, p. 5

Tula De Allende, Hgo., Falta medio metro para que mi casa esté totalmente cubierta de agua, dice la señora Antonia Sánchez, mamá soltera que junto con sus hijos se encuentra en el albergue instalado en la capilla de la colonia La Malinche.

Como la suya, las otras familias en los demás refugios tienen rostros de incertidumbre y desesperanza ante el desastre que provocó la inundación.

No sacamos nada. Todo fue muy rápido; subestimamos la fuerza del río y se rompió un bordo que nos protegía, lamentó la mujer que desde el lunes duerme en una colchoneta colocada a un lado de imágenes religiosas de la Iglesia católica.

Su casa y la de otros familiares se encuentra en la calle Xochiquetzal de la colonia 16 de Enero, cerca de la ribera del afluente, a la orilla de un puente que quedó bajo el agua.

Todo lo perdí: mi estufa, mis muebles; todo lo que teníamos. Es difícil volver a empezar de cero siendo madre soltera. Fue tan rápida la irrupción del agua en la vivienda que ni tiempo les dio de sacar alguna prenda íntima.

En esa capilla hay al menos 20 familias que desde el lunes no saben qué futuro les depara.

En otro albergue, instalado en una casa particular por los propios vecinos de la populosa colonia 16 de Enero, hay varias familias cuyas casas fueron construidas sobre vestigios de pirámides toltecas en la parte baja de la ciudad.

Cerca de 50 viviendas, las más cercanas al río y un poco más abajo de los vestigios arqueológicos son las que se inundaron.

De acuerdo con la coordinadora del albergue, en ese lugar hay 35 personas que desde el lunes se han quedado a dormir y a los que se les proporciona alimentos.

A diario, explicó, se reparte comida a las personas que pese al riesgo de inundación han decidido a quedarse en sus casas. A pesar de las necesidades, la población se ha mostrado generosa y solidaria. La gente se organiza y nos dona alimentos, ropa y otras cosas, señala.

Sin embargo, dijo que urgen productos de limpieza, entre ellos jabones, pastas y cepilllos de dientes, además de gel antibacterial.

En los seis albergues instalados en Tula, entre ellos el del auditorio municipal, brindan alimentos al cada vez más creciente número de damnificados, los cuales tienen que hacer grandes filas.

El albergue cuenta con juegos infantiles donde los niños se divierten sin cesar. Los refugios son resguardados por militares que, además de brindar seguridad, fungen como cocineros.

Afuera, calles abajo, una joven con una biblia en la mano reza junto con otros vecinos frente a la laguna en que se ha convertido la calle donde se encuentran sus autos y casas totalmente inundados.