En los meses de enero y febrero del año leímos las primeras noticias sobre el coronavirus, lo sentimos como una amenaza lejana, era difícil entender las dimensiones que iba a tomar, había predicciones catastróficas en muchos medios que empezaron a saturar con las noticias sobre la nueva pandemia. Las medidas dictadas por las autoridades federales rápidamente fueron implementadas en la comunidad por la autoridad municipal, así que los primeros efectos de la pandemia los sentimos en los primeros días del mes de marzo, cuando se cerraron las escuelas de todos los grados, la cancelación de fiestas privadas y comunales, los puestos de ventas de los productos locales, la plaza de los domingos cuando los habitantes de las comunidades bajan a la cabecera municipal a vender sus productos y comprar también la despensa para la semana; otra de las medidas que tuvo un impacto muy visible en cuanto a la movilidad fue el control policial de las vías de comunicación, limitando la circulación de automóviles, sobre todo la vía que comunica el municipio con el centro regional de comercio: Ometepec. A través de voceos y avisos escritos, la autoridad municipal exhortaba a la gente a cumplir con las medidas sanitarias, sobre todo a mantenerse encerrados en sus casas. Se prohibieron las asambleas ejidales y comunales, así como los actos religiosos masivos. Las medidas implantadas empezaron a provocar muchos comentarios, preguntas, malestares y muestras de inconformidad, sobre todo el exhorto de no salir de la casa, una medida imposible de cumplir, ya que de las actividades diarias es como consigue la mayoría de los habitantes el sustento cotidiano, a excepción de los pocos que son empleados del Estado, como el sector magisterio. A través de las redes sociales, Facebook y WhatsApp, empezaron a circular posturas muy diversas, hasta teorías en torno a la pandemia, lo cual generó más desconfianza sobre las medidas implementadas.
En Radio Ñomndaa, como medio comunitario, sentimos y entendimos claramente lo que sucedía en las comunidades, y ante el reto de seguir transmitiendo ante la situación, el Comité Coordinador convocó a una asamblea de todos los integrantes del colectivo, en donde se compartió la información, el sentir y las propuestas para enfrentarla. Entre los principales acuerdos fueron: suspender las asambleas organizativas dominicales; el responsable de cada espacio acudiría solo en su horario para realizar la transmisión; se puso un protocolo para desinfectar las manos y los micrófonos, así como usar cubre bocas; se acordó producir audios para difundir las medidas preventivas, tomando en cuenta el contexto comunitario, así como la producción de cápsulas sobre la medicina tradicional para fortalecer las defensas.
Las primeras acciones concretas fueron realizar dos programas enfocados a compartir la información sobre el covid-19 en nuestra lengua, explicamos la información disponible sobre el virus y las medidas sanitarias. La reacción de los radioescuchas fue muy diversa, hubo llamadas de incredulidad sobre la información compartida pero también de agradecimiento por contextualizar lo que estaba sucediendo.
Hay que reconocer que como colectivo de Radio Ñomndaa nos llevó un tiempo procesar la muy diversa información y puntos de vistas sobre la pandemia. La vinculación con otros medios comunitarios, alternativos y colectivos facilitó compartir la información y la situación que se vivía en sus comunidades, así mismo el contacto con colectivos italianos facilitó tener noticias de primera mano de la situación que se vivía en su país a causa del coronavirus, lo que dejó más clara la situación que podría darse en caso de no tomar las medidas pertinentes, por lo que nos enfocamos a seguir transmitiendo capsulas y tuvimos algunas colaboraciones con el sector salud estatal y el ayuntamiento municipal en la producción de audios sobre medidas preventivas. A mediados del mes de mayo tuvimos colaboración con UNICEF México y CIESAS Pacífico Sur para adaptar, contextualizar y traducir guiones a nuestra lengua y la grabación de voces para la producción de 22 cápsulas en torno a medidas que aportan a la mitigación de contagios, la violencia que puede surgir en las familias y en las comunidades.
A finales de marzo empezaron a regresar masivamente migrantes provenientes de los campos agrícolas, de centros turísticos y algunos de EEUU, debido al cierre de sus centros de trabajo, con lo cual se empezaron a sentir los efectos en la economía, además del incremento en el precio de algunos productos básicos, como el huevo. Pasaron los meses sin ningún rastro del coronavirus en la comunidad, la gente estaba desgastada con las medidas implementadas por lo que poco a poco se fueron relajando en todos los sentidos y las dudas sobre la enfermedad crecieron, debido también a que las autoridades federales iban alargando la aplicación de las medidas que en un momento parecían transitorias. Finalmente, el 9 de mayo se confirmó el primer caso positivo en el municipio, lo cual alertó a la comunidad y al mismo tiempo hubo muestras de discriminación hacia los posibles enfermos. Fueron tiempos complicados, incluso de confrontación política debido al manejo de la pandemia.
Para nosotros es cada vez más claro que el Covid-19 es una de las tantas consecuencias que ha producido el sistema capitalista neoliberal y globalizador. El coronavirus ha acrecentado las desigualdades, como la pobreza, marginación y discriminación de la población históricamente marginada, favoreciendo su mayor exclusión; ha favorecido la militarización para el control de la población, como la migrante y para limitar aún más las libertades políticas de la población, la Guardia Nacional y el Ejército han hecho actos de presencia en la comunidad. El comercio global se está reinventando, principalmente a través del comercio digital, fomentado el uso de la moneda digital, mientras que el comercio local se ha prohibido, el de los puestos de la gente de abajo, lo que está trayendo como consecuencia una mayor acumulación de la riqueza en manos de unos cuantos, a costa de la pobreza y del sufrimiento de miles.
Ante este panorama no queda más que seguir el camino de la resistencia, la que iniciaron nuestras abuelas y abuelos, esa que llevamos en la sangre al haber resistido a tantas enfermedades y esa que llevamos en el corazón y en la conciencia al haber sobrevivido a los intentos de exterminio del sistema capitalista.
Radio Ñomndaa cumple este 20 de diciembre 16 años de vida y a pesar de que aún seguimos sin transmitir por FM, desde este espacio, la Palabra del Agua alza su voz para decir que sigamos tejiendo vida comunitaria, sigamos sembrando nuestra milpa, sigamos defiendo nuestro territorio, porque esa es la forma de asegurar un futuro para nuestrxs hijxs ante la pandemia capitalista. •