Buenos Aires., El ministro argentino de Defensa, Agustín Rossi, informó ayer que fue disuelta la llamada mesa de enlace de un grupo de militares retirados, que tenía el apoyo de diversos sectores de la sociedad, debido a que era incompatible con la democracia que tuviéramos un intento de conducción militar paralela en Argentina.

La llamada Mesa de encuentro libertador general San Martín fue presentada la semana pasada, y entonces Rossi denunció que su creación era un acto absolutamente inédito en la vida democrática del país. Se presentan como una alternativa a la conducción militar oficial que son los jefes de las fuerzas armadas designados por el comandante en jefe, que es el presidente de la nación.

Rossi insistió ayer en que esa mesa de enlace era una operación política, y destacó que se trató de un grupo de autoelegidos, tras reiterar que los que representan el pensamiento militar son designados por el presidente.

Rossi otorgó, por otra parte, el ascenso post mortem a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, hundido el 15 de noviembre de 2017, en el Atlántico Sur, por causas que aún se desconocen y se comprometió ante los familiares a trabajar por la verdad y la justicia.

En un emotivo acto con los familiares de los 44 marinos en la Base Naval de Mar del Plata, a tres años del hundimiento, luego de que se conoció por un oficial de la propia Armada que el gobierno del ex presidente Mauricio Macri, y su ministro de Defensa, Jorge Ahuad, supieron dónde estaban los restos del submarino un mes después de su desaparición y lo ocultaron durante un año a los familiares y a la opinión pública mientras muchos barcos lo buscaban y algunos aprovecharon para rastrear el rico fondo marino del lugar.

El ARA San Juan desapareció en medio de unas maniobras navales que no fueron autorizadas por el Senado de Argentina, con Estados Unidos, Chile, Gran Bretaña y como observador Brasil, como tampoco la participación de un submarino.

Mientras, el bloque de senadores del oficialista Frente de Todos envió una carta a la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, cuando ese organismo negocia el tema de la deuda adquirida por Macri por 44 mil millones de dólares, que fueron entregados en el último año de su gestión, a pesar de que sabían que el país estaba en cesación de pagos.

El dinero fue parte de la fuga de capitales, que dejó al país en una severa crisis, que debió afrontar el gobierno del Frente de Todos, que asumió el 10 de diciembre pasado.

Los senadores solicitan que el FMI se abstenga de condicionar la política económica del gobierno, y además le piden explicaciones de cuáles habían sido las consideraciones por las que decidieron prestar esa suma cuando ya sabían que el gobierno de la derechista alianza Cambiemos había endeudado al país en la cifra más alta de la historia, y que se estaban fugando millones de dólares.

La carta contiene 31 puntos específicos que enmarcan la situación preguntando a Georgieva qué había fallado, para que el FMI violara sus propios estatutos al hacer ese préstamo, cuando el organismo era dirigido por Christine Lagarde .

Además solicitan el desmentido de algunas declaraciones y artículos periodísticos que sostienen que el préstamo se hizo para que Macri ganara las elecciones de 2019, lo cual indicaría un antecedente muy grave para el organismo.

Se recuerdan todos los acuerdos firmados así como sus consecuencias para Argentina solicitando al organismo no interferir en las decisiones en materia de economía que tome el país, pues históricamente ha sido muy alto el costo pagado por el deterioro social, pobreza extrema, desempleo, entre otros males que ha significado esta política de injerencia. La carta fue considerada como histórica por varios analistas.