El PAN insiste en pelear la presidencia del Senado con miras al próximo periodo ordinario, pero Morena decidió que mantendrá el control e incluso dentro de esa bancada cabildean a Eduardo Ramírez, muy cercano al círculo de Ricardo Monreal, para ocupar ese cargo a partir del 1º de septiembre.

Sería una verdadera vergüenza que no se diera juego a las demás fuerzas políticas, sobre todo al PAN, que es la segunda, dijo Mauricio Kuri, e insistió en que la mesa directiva sea rotativa, como ocurrió en legislaturas pasadas.

Tiene que ser representada por todas las fuerzas, insistió, y apeló incluso a usos y costumbres y a la cortesía hacia la oposición en un país democrático.

Sin embargo, Monreal recordó que se requiere la mayoría de votos. Además, los morenistas están en contra de que se ceda la presidencia al PAN, luego de la experiencia en la Cámara de Diputados donde Laura Angélica Rojas interpuso de manera unilateral una controversia constitucional contra el decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la actuación del Ejército en tareas de seguridad.

Por eso Morena mantendrá la mesa directiva y la presidencia de la Junta de Coordinación Política, donde el PAN tampoco puede contender, ya que no tiene 35 por ciento de los escaños que establece la Ley Orgánica del Senado.

Monreal informó que la actual presidenta, Mónica Fernández, no se relegirá, según ella misma lo solicitó, y será un hombre quien la releve. La decisión, sostuvo, la tomará por mayoría en la bancada, donde se barajan varios nombres.

Sin embargo, es sabido que el grupo cercano a Monreal lleva a cabo un fuerte cabildeo con los senadores para que respalden la candidatura de Eduardo Ramírez, actual presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales.