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Pasta de Conchos: rescate perpetuo // Germán Larrea se lava las manos

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l 1º de mayo de 2019, el presidente López Obrador hizo pública una decisión que entusiasmó a los deudos, al sindicato minero y a la sociedad en su conjunto, porque después de 13 larguísimos años de pretextos y mentiras de las administraciones foxista, calderonista y peñanietista, más las del Grupo México, del tóxico empresario Germán Larrea, por fin se recuperarían los cuerpos de los 63 mineros de Pasta de Conchos que desde el 19 de febrerode 2006 yacen bajo toneladas de roca.

En aquella ocasión, el mandatario anunció el inicio de las excavaciones para rescatar, con o sin apoyo del propietario de Grupo México, los cuerpos de los 63 mineros que quedaron enterrados en la mina de Pasta de Conchos en 2006; es un acto de justicia, al que me comprometí desde el 26 de enero de 2012 en Tepic, Nayarit, por lo que para lograr la meta se recurrirá a expertos, y encargó la organización y acción a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde.

Pues bien, transcurrido más de un año, los cuerpos de los 63 mineros permanecen bajo toneladas de rocas, y la lerda respuesta de la secretaria del Trabajo, lejana a la orden presidencial, sólo atina a decir que esa dependencia reivindica su compromiso para saldar la deuda histórica con los allegados a los trabajadores no rescatados en la mina Pasta de Conchos. Por cierto, como acostumbran, Germán Larrea y su Grupo México (que no movieron un dedo para sacar a los mineros) simplemente aventaron la papa caliente al gobierno federal y le regresaron la concesión de la mina en cuestión. Ahí se hacen bolas, y siguen tan campantes.

Un año y pico después de la instrucción presidencial, ¿cuál es el balance real? La Jornada (Andrea Becerril) lo detalla así: el rescate de los 63 cuerpos en Pasta de Conchos, que recién anunció la Secretaría del Trabajo, tardará entre cuatro y ocho años, y costará 75 millones de dólares, hecho que provocó el descontento y la indignación de un grupo de viudas, quienes denunciaron que la dependencia se ha tardado más de un año en poner en marcha la promesa del presidente López Obrador y ha optado por el plan más caro y más largo, en lugar de escuchar a expertos y rescatistas nacionales.

En el 14 aniversario de Pasta de Conchos (19 de febrero de 2020), Alcalde se limitó a decir que el grupo de expertos nacionales e internacionales (consultados para el efecto) emitieron las siguientes consideraciones: teórica y técnicamente es viable la intención de iniciar el proceso de rescate; el desarrollo de nuevos inclinados de acceso sería probablemente el método más adecuado; y son imprescindibles todas las pruebas preliminares sobre el terreno para conocer con precisión el estatus actual.

De cereza, se anunció la firma de un convenio (28 de octubre de 2019) con el Servicio Geológico Mexicano para iniciar justamente con todos estos estudios preliminares y de-terminar la situación actual del subsuelo de la mina accidentada. El 18 de noviembre (de ese año, seis meses después de la instrucción presidencial) se iniciaron los trabajos de todos estos estudios. El dictamen quedaría listo en marzo de 2020, según declaró.

Pero llegó julio, y nada. Por eso, el desesperado cuan indignado grupo de viudas pide que López Obrador nos escuche; llevamos 14 años en lucha y no es humano que nos pidan esperar otros ocho. Muchas, a lo mejor, ya no estaremos vivas, comentó Elizabeth Castillo, quien junto con Claudia Escobar asistió el pasado día 7 a una reunión con Luisa María Alcalde, en la que ésta les dio a conocer ese plan de rescate, muy parecido a los que Grupo México planteó cuando sucedió el siniestro, en 2006” ( ídem).

Las rebanadas del pastel

Entonces, parece que Alcalde, como sus cinco antecesores en el puesto, avienta la papa caliente para que el próximo gobierno la cache, si quiere. Lo mejor del caso es que el presidente López Obrador la instruyó para actuar con justicia y dimensión humanitaria.