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Desde otras ciudades

En Bombay, donde las medidas anticontagio son imposibles de seguir, reina el optimismo

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▲ Voluntarios han hecho una enorme labor para contener en 5 mil los decesos en esa ciudad india.Foto Afp
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uando el coronavirus cobró su primera víctima en la barriada india de Dharavi, en abril, los epidemiólogos temían lo peor. Tres meses más tarde Bombay parece haber contenido la epidemia en este enclave pobre y superpoblado gracias a una agresiva persecución.

Con familias de 10 integrantes que a veces duermen en la misma habitación y baños públicos compartidos por cientos de personas, las autoridades locales se dieron cuenta que las barreras como la distancia física o el lavado frecuente de las manos eran un espejismo.

Entonces tomaron la decisión de rastrear el virus, en lugar de esperar a que el desastre ocurriera, resume Kiran Dighavkar, un responsable del municipio.

La distancia física era imposible, el aislamiento en casa no era una opción y rastrear contactos era un problema enorme porque muchísimas personas utilizan el mismo baño, explica.

Un primer plan consistió en verificar el estado de salud de los residentes al hacer visitas puerta a puerta en los callejones estrechos de la barriada. La idea se abandonó rápidamente después de que el personal de salud, operando bajo el calor pesado y húmedo de Bombay, se encontró sofocado con las múltiples capas de su equipo de protección contra el coronavirus.

Pero el número de casos aumentaba de manera alarmante en este barrio donde viven muchas personas que se ganan la vida realizando tareas básicas en la capital económica india. La ciudad se lanzó entonces lo que sus responsables denominaron Misión Dharavi.

Todos los días, los trabajadores sanitarios desplegaron un campamento de detección de fiebre en una zona diferente de la barriada. Las autoridades requisaron escuelas, salones de bodas e instalaciones deportivas para convertirlas en centros de cuarentena que ofrecían comidas gratuitas, tabletas de vitaminas y sesiones de yoga.

Los habitantes de los barrios más afectados tenían prohibido entrar o salir y el gobierno utilizó incluso drones para vigilar la aplicación de las restricciones. Un ejército de voluntarios llevó comida a las 125 mil personas atrapadas en sus casas.

Estamos al borde de la victoria, me siento muy orgulloso, afirma Abhay Taware, médico de 44 años que en el pico de la crisis recibía a 100 pacientes diarios en su pequeña clínica.

Sin embargo, muchos residentes y funcionarios de Bombay creen que es demasiado pronto para declarar que el virus fue vencido en Dharavi.

La epidemia se extiende por toda India con más de medio millón de casos registrados y Dharavi sigue vulnerable a una segunda ola de contagios.

Afp