Alrededor de 70.4 por ciento de las trabajadoras domésticas de América Latina y el Caribe han sido afectadas por la medidas de confinamiento impuestas en la mayoría de países de la región por la disminución de la actividad económica, el desempleo, reducción de las horas o pérdida de salarios a causa de la crisis sanitaria del Covid-19.

Así lo establece el documento Trabajadoras remuneradas del hogar en América Latina y el Caribe frente a la crisis del Covid-19, que ayer fue dado a conocer.

En el análisis, elaborado por ONU Mujeres, la Organización Internacional del Trabajo y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, se detalla que algunas trabajadoras del hogar han sido persuadidas o presionadas a pernoctar en las casas donde laboran, manteniéndolas alejadas de sus familias y sin los descansos adecuados; a otras las han despedido; en caso de haber contratos de por medio, los han cancelado, o bien les han reducido sus horarios de trabajo y, por ende, sus percepciones. Además, la mayoría carece de protección social, lo que las ha dejado sin ingresos durante esta pandemia.

En el estudio, de 19 páginas, se detalla que en América Latina y el Caribe, entre 11 y 18 millones de personas se dedican al trabajo doméstico remunerado. De ellas, 93 por ciento son mujeres. El trabajo doméstico supone entre 14.3 por ciento y 10.5 por ciento del empleo de las mujeres en la región.

Más de 77.5 por ciento operan en la informalidad, lo que significa que una parte importante de ellas trabaja en condiciones precarias y sin acceso a la protección social. Los ingresos de las mujeres empleadas en el servicio doméstico son, además, iguales o inferiores a 50 por ciento del promedio de todas las personas ocupadas.

El documento expone 13 recomendaciones para el diseño de acciones que mitiguen el impacto de la crisis sanitaria, económica y social para las trabajadoras domésticas en la región. Sugiere garantizar transferencias monetarias o subsidios sociales de emergencia, elaborar protocolos de salud y de seguridad que atiendan especificidades del sector, garantizar cobertura de salud para todas las trabajadoras domésticas, impulsar medidas para garantizar la retención de empleos en el trabajo doméstico, ampliar y promover las prestaciones por desempleo para ellas y fomentar la formalización de la actividad.