Lunes 13 de enero de 2020, p. 7
Ante la tragedia ocurrida en el colegio Cervantes, de Torreón, Coahuila, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, y el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, aprovecharon sus mensajes dominicales para exhortar a padres de familia a dialogar con sus hijos y acompañarlos. “No debemos permitir que crezcan solos, a merced de desconocidos, o bajo ‘la guía’ de las modernas tecnologías”.
El pasado viernes, un estudiante del colegio Cervantes disparó contra dos profesores y cinco alumnos de primaria y secundaria, con saldo de una profesora muerta y el suicidio del menor.
Cabrera López hizo un llamado a tutores, maestros y especialistas en desarrollo infantil para que con apoyo de las autoridades civiles, empresarios y de las iglesias busquen alternativas que favorezcan el sano equilibrio entre la convivencia familiar, el estudio, el trabajo y el descanso.
En Monterrey, Nuevo León, donde es arzobispo, dijo que no hay que tener miedo de poner reglas en el uso de las tecnologías, así como el disponer de momentos exclusivos para convivir en familia
. Además pidió no dejar que el afán por querer tener una mejor condición económica nos lleve a vivir en una terrible carencia afectiva
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Sostuvo que frente a la necesidad de madres y padres de trabajar, el Estado debe generar las oportunidades de encuentro familiares.
En el tema educativo, lamentó que las escuelas son sólo pasillos y no lugares de encuentro entre los jóvenes
. Es importante, agregó, que los maestros den importancia al intercambio. Destacó que cada vez crece la impersonalidad y también el descuido de las relaciones básicas
.
Respecto al programa Mochila Segura, Cabrera López dijo que los primeros que deben revisar lo que llevan los niños y jóvenes a la escuela son los padres.
En la Catedral Metropolitana el cardenal Aguiar Retes llamó a preparar a los niños para que cuando lleguen a la adolescencia no se suiciden, no se aficionen a las adicciones, no vayan a la violencia, a la codicia de quererse enriquecer y meterse en la delincuencia organizada. Si no los formamos, estaremos dejándolos indefensos
.