Zimapán, Hgo., Los fuertes vientos que se registraron entre jueves y viernes en el municipio de Zimapán, ubicado en la Sierra Gorda, entre los límites de Hidalgo con Querétaro, provocaron tormentas de arena tóxica provenientes de jales o desechos mineros en la localidad de San Miguel. Por lo anterior, los pobladores sufren dolores de cabeza y molestias, denunciaron activistas de la agrupación Comunidades Unidas de Zimapán (CUZ).

Alejandra Rojas, una integrante de CUZ, detalló que en el poblado de San Miguel, ubicado a unos cinco kilómetros de la cabecera municipal, existen siete presas o confinamientos a cielo abierto de jales, la mayoría de ellos parecidos a cerros o pequeñas montañas grises, pertenecientes a las empresas mineras La Purísima, Preissan SA de RL, Sago y El Espíritu, esta última propiedad de Rosalía Muñoz, ex alcaldesa de Zimapán.

Agregó que se forman cerros de polvo y residuos de arsénico, cianuro, así como otros elementos químicos usados en el proceso de separación de plomo, cobre y zinc que realizan esas mineras.

Comentó que de las 7 de la mañana a las 6 de la tarde del jueves, una tormenta de polvo tóxico se registró por los vientos de más de cien kilómetros por hora.

Además, mostró fotos y videos de la tolvanera que grabó desde su casa y donde se puede observar cómo desprendió y removió grandes cantidades de polvo de jales, los cuales se expandieron por todo el pueblo. Comentó que a los pocos minutos de iniciada la tolvanera, los pobladores comenzamos a quejarnos de la presencia de tierra en la boca y en los ojos, así como dolor de cabeza. En la comunidad de San Miguel viven alrededor de 24 familias, es decir,, unos 80 habitantes.

Pese a que a través de la página de Facebook de CUZ los integrantes de esa agrupación subieron fotos y videos de lo que ocurría, ni el presidente municipal Érick Marte Villanueva, ni las autoridades de salud estatal o del gobierno federal se presentaron en el poblado para conocer el estado de salud de la gente.

Según el investigador Francisco Patiño, integrante del Sistema Nacional de Investigación, los jales mineros al ser inhalados por las personas pueden producir cáncer y otras enfermedades.