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Confirma el INAH existencia de un palacio en la zona de Kulubá, Yucatán

Avanza el estudio y la recuperación del antiguo esplendor de esa edificación prehispánica

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▲ Aspecto de los trabajos de exploración y rescate en el palacio del sitio arqueológico de Kulubá.Foto cortesía del INAH
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de diciembre de 2019, p. 4

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó la existencia de un palacio en la zona arqueológica de Kulubá, Yucatán, mediante la liberación y el reconocimiento del basamento, las escalinatas y una crujía con pilastras en la parte superior que habría sido usada por la élite del lugar.

Ubicada 35 kilómetros al sureste del municipio de Tizimín, Kuluba es un sitio prehispánico que avanza de manera sostenida en su estudio y en la recuperación de su antiguo esplendor. Trabajadores del INAH exploran y consolidan el Grupo C del asentamiento, a la par que se emprende acciones de conservación en sus acabados arquitectónicos como parte de un proyecto a cargo de especialistas en arqueología y restauración.

El arqueólogo Alfredo Barrera Rubio explicó que el palacio es una construcción de aproximadamente 55 metros de largo por 15 metros de ancho y 6 de altura, cuyos vestigios apuntan a dos fases de ocupación: una en el Clásico tardío (600-900 dC) y otra en el Clásico terminal (850-1050 dC).

‘‘Fue en el Clásico terminal cuando Chichén Itzá, al volverse una metrópoli destacada en el nororiente del actual Yucatán, extendió su influencia sobre sitios como Kulubá, el cual, por los datos que tenemos y materiales de cerámica tipo Chichén y obsidiana de las mismas fuentes que proveían a esta urbe maya, podemos inferir que se convirtió en un enclave itzá”, sostuvo el también investigador del Centro INAH Yucatán.

Junto al palacio los especialistas exploran y consolidan cuatro estructuras en la plaza principal del Grupo C: un altar, dos vestigios de espacios de uso habitacional y una construcción redonda que, se cree, era un horno.

Labores de restauración

Barrera Rubio explicó que una parte adicional del recurso destinado al sitio, derivado del convenio suscrito entre el INAH y el gobierno de Yucatán, se dedica al mapeo y levantamiento topográfico de 234 hectáreas, así como al análisis del patrón de asentamiento de la urbe prehispánica, la cual está en su totalidad en resguardo del instituto.

Un frente de trabajo adicional consiste en la rehabilitación del casco del antiguo rancho Kulubá, ya que esta construcción, ubicada dentro del área patrimonial protegida, es a su vez un vestigio histórico de la primera mitad del siglo XX: con techumbre de palma de guano, mampostería tradicional y hamaqueros de madera.

Vinculado con este rescate de la herencia patrimonial edificada, detalló el arqueólogo, está el interés en priorizar la colaboración de ayudantes provenientes de comisarías cercanas a Kulubá, como San Luis Tzuc Tuc, San Pedro y Tixcancal, así como albañiles con amplia experiencia en consolidación arqueológica, originarios del municipio de Oxkutzcab.

Una cualidad de esta cuarta temporada de campo en Kulubá, que se inició el pasado noviembre y culminará en marzo de 2020, es que las acciones arqueológicas están acompañadas por expertos en restauración.

Todas esas acciones exploratorias y de conservación son el inicio de los trabajos que el INAH desarrolla para recuperar, investigar y difundir entre el público la herencia cultural y natural de Kulubá, sitio que, en opinión de Alfredo Barrera, aumenta su atractivo patrimonial y de sostenibilidad regional en la medida en que sus espacios y senderos se consolidan y habilitan gracias al quehacer arqueológico.