Cancún, QR., Una manifestación estudiantil convocada para rechazar la construcción del Grand Island Cancún –anunciado como el hotel más grande de la ciudad y con una inversión privada de mil millones de dólares– sirvió de pretexto para que la Federación Sindical de Obreros y Campesinos (Fesoc) movilizara sus fuerzas, pero en favor de la empresa.

A las cuatro de la tarde, a un costado de la Glorieta del Ceviche, donde se encuentra el Monumento al Diálogo Norte-Sur, se congregaron unos 20 estudiantes de la organización Fridaysforfuture, quienes demandan no más construcciones en la zona hotelera, pues está saturada y colapsada. Ana Fernanda Callejo, una de las convocantes, cuestionó el proyecto hotelero y el respeto al medio ambiente.

De inmediato caminaron rumbo a la Plaza de la Reforma, sobre la avenida Tulum.

Casi para llegar al palacio municipal, sobre la misma avenida, pero en sentido contrario, se cruzaron con miles de integrantes de la Fesoc que acataban la convocatoria de sus dirigentes, hecha también a las16 horas.

Esa marcha, acompañada de camiones volqueteros, iría de la avenida Chichén Itzá a la glorieta del Ceviche, aunque igual desembocó en el palacio municipal.

Aun así, los casi 20 ambientalistas extendieron sus pancartas en la plaza de la Reforma y se sentaron en el piso, pero debieron levantarse de inmediato cuando la marcha de sindicalizados desvió su ruta para ingresar a la misma explanada del palacio municipal.

Al grito de Sí al trabajo, sí a la inversión, el dirigente estatal del Sindicato de la Construcción (afiliado al Fesoc), José Salvador Araujo, afirmó que la marcha fue en agradecimiento a las autoridades que hacen obras y generan empleos.

Interrogados sobre cuáles obras, respondió que hay unos 50 proyectos de inversión privada, pero los gobiernos las autorizan.

Luego de hablar con la prensa el líder obrero se reunió con sus acompañantes para escuchar algunas de sus peticiones, entre ellas de trabajo.

De inmediato pidió a los líderes de secciones que se llevaran a su gente, mientras él, con un pequeño grupo de seguidores, algunos de filiación priísta, entre ellos Enrique Romero, ingresaron al palacio municipal por un resquicio que les abrieron los policías, movilizados para resguardar el inmueble ante la llegada de ambas marchas.

A mediados de octubre, en una conferencia mañanera, el secretario de Turismo, Miguel Torruco Márquez anunció el proyecto Grand Island Cancún, desde enetonces surgieron muchas voces en contra y a favor, estas últimas, sobre todo provenientes de sindicatos de albañiles.

El funcionario federal detalló que con una inversión privada de mil millones de dólares el hotel será el más grande de Cancún.

El centro de hospedaje se edificará en el kilómetro 16.5 del bulevar Kukulkán, contará con 3 mil habitaciones, el centro de convenciones más grande del estado. El proyecto hotelero se desarrollará en dos etapas que estarán listas en 2022 y 2024, respectivamente.

La obra, que contará con inversión del Banco Nacional de Comercio Exterior, además de dos bancas extranjeras, generará 7 mil 500 empleos durante la construcción, y 12 mil directos e indirectos durante la operación.

Días después, el gobernador Carlos Joaquín González dijo desconocer el proyecto, pero ofreció investigar.

El presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, Roberto Cintrón, afirmó que el proyecto era de una gran dimensión, y aunque sería generador de inversión y fuentes de empleo, la zona hotelera de Cancún ya estaba saturada, sobre todo en los servicios.

Destacó que aunque los nuevos proyectos hoteleros ya cuentan con sistemas para generar sus propios servicios, las vialidades están sobresaturadas, con añejos proyectos para construir puentes, pero no terminan de aterrizar.

Pese a todos los señalamientos en contra, hace un par de semanas el gobierno municipal informó que ya había entregado los permisos correspondientes porque en julio pasado la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó la manifestación de impacto ambiental.