Sábado 16 de noviembre de 2019, p. a14
Al llegar a una cuarta final en un Mundial Sub-17, queda demostrado que México tiene calidad futbolística entre juveniles, ahora falta aprovecharla y darles oportunidad para que logren llegar al equipo mayor, aunque no hay que olvidar que el jugador también tiene responsabilidad
, dijo César Villaluz, integrante del primer Tricolor juvenil que se coronó en 2005.
Villaluz, quien juega en Guatemala, destacó que en la actualidad los jóvenes tiene mejor logística en la preparación y más apoyo que cuando fue campeón, al recordar que en su etapa con el equipo dirigido por Jesús Ramírez las concentraciones las hacían sólo en México, a diferencia de ahora que hacen giras en el extranjero.
Consideró que el futbol mexica-no tiene una deuda con los juveniles debido a que han sido pocos los jugadores de los representativos Sub-17 que fueron campeones mundiales o llegaron a instancias finales y que se les haya dado la posibilidad de tener un lugar en Primera División para impulsar sus carreras hacia la selección mayor.
Siempre hay responsabilidad del jugador, pero cuando llegan a las Sub-23 e intentan entrar al sector profesional, hay pocos espacios, ahí sólo están los mejores, pero los jóvenes cada vez tienen menos minutos de juego y eso afecta al proceso para que se mantengan con la selección
, indicó.
La escuadra dirigida por Marco Antonio Chima Ruíz peleará el domingo por conseguir un tercer título mundial de la categoría y su rival será Brasil, precisamente el adversario al que el conjunto mexicano derrotó en la final de Perú 2005.
Villaluz recurrió a las estadísticas al indicar que ante Brasil, México ya se le agarró el modo en las finales
por lo que consideró que el Tricolor tiene grandes posibilidades de festejar otro título.
Aseguró que después de que los tricolores superaron a Holanda en tanda de penales han demostrado una fortaleza mental, además de que ahora la mentalidad ya no sólo es competir, sino ser campeón
por la historia que tiene México en esta categoría.