En México los campamentos para refugiados no tienen sentido y limitan las capacidades de esas personas a interactuar e integrase en las comunidades, de acuerdo con Florian Hoepfner, oficial de Soluciones Duraderas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

En entrevista con La Jornada expuso que existe un aumento significativo de personas que llegan al país buscando protección internacional. En 2014 terminó el año con más de 2 mil solicitudes, en 2018 eran casi 30 mil y en lo que va de 2019 se registran más de 50 mil.

Sin embargo, expuso, si se compara con el número de habitantes y el tamaño del territorio, los flujos de refugiados y solicitantes de asilo, “no representa un problema.

Muchas personas desconocen la figura jurídica del refugiado, el trabajo legal y los documentos que emite el Instituto Nacional de Migración. Para ello es necesario realizar trabajo de sensibilización para que, tanto en los módulos de atención del sector público, como en el sector privado, tengan la información necesaria.

Además, la característica de los centromericanos que huyen de sus países de origen es que llegan por tierra a comunidades de Chiapas, Tabasco y Veracruz. Donde el empleo formal es limitado y los servicios públicos están saturados, sabemos que los niños no logran acceder a la educación, porque no hay cupo en las escuelas.

En el norte y centro hay más oferta laboral. Lo que vemos es la discrepancia entre oportunidades muy limitadas en las comunidades donde hay una concentración de migrantes, en el sur, y comunidades en el norte, centro y centro-norte donde existen más oportunidades, pero poca población refugiada.

Agregó que México cuenta con un marco legal favorable para la inclusión e integración de las personas solicitantes y, además, se requiere de obra de mano adicional, ello demuestra que el país tiene capacidad de absorber a esta población, por lo que los campamentos no tienen ningún sentido.

Dijo que si todas las personas que hoy esperan en el sur del país la resolución de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) o sus documentos entraran mañana al mercado laboral formal, en seis meses se generaría un ingreso de 130 millones de pesos a nivel de la Federación.