El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño, reconoció en el Senado que no debió realizarse el operativo Culiacán, y con el propósito de evitar otras acciones fallidas, el gobierno federal está obligado a realizar una revisión crítica de los protocolos de actuación para garantizar que las fuerzas armadas jamás estén en riesgo de ser agredidas por grupos del crimen organizado.

Al comparecer ante los integrantes de la Comisión de Seguridad y en medio de fuertes críticas del PAN y del PRI, cuyos legisladores lo acusaron incluso de mentir, el funcionario aseguró que en los hechos del pasado día 17 en la capital sinaloense no se ocultó información ni se cambiaron versiones.

No podemos permitirnos fingir que el problema de violencia y seguridad es sencillo, expuso Durazo Montaño, a quien acompañaron el secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán; el jefe del Estado Mayor de la Sedena, Homero Mendoza, y el responsable de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio.

El funcionario defendió en todo momento la estrategia humanista del presidente Andrés Manuel López Obrador de combate a la violencia, y resaltó que informarán conforme avance la investigación del caso Culiacán.

Desde el inicio, senadores del PAN colocaron una gran manta al fondo del salón de la Comisión Permanente, donde se llevó a cabo la comparecencia, con el mensaje: Dejen de mentir, y más tarde, al hablar en nombre de Acción Nacional, la senadora Indira Rosales fue hasta el presidium para entregar a Durazo un Pinocho de madera. La presidenta de la Comisión de Seguridad, Lucía Trasviña, tomó el muñeco y lo colocó en el piso.

Otros senadores de Morena exhibieron también un cartel gigante con una caricatura del ex presidente Felipe Calderón, enfundado en un uniforme militar que le quedaba grande y la leyenda: Soy un patriota, pinté a México de verde rojo.

También los senadores priístas Claudia Anaya y Mario Zamora increparon al funcionario por la falta de claridad y las muchas versiones que se han dado desde el mismo 17 de octubre pasado, en que se conoció la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán.

El titular de Seguridad y Protección Ciudadana reiteró que la información fue parcial ese día porque los hechos fueron cambiando, casi al instante, pero jamás se mintió ni hubo dolo. La prioridad en ese momento, resaltó, no era la información, sino la decisión a tomar.

Como las críticas continuaron, Durazo Montaño dijo que el gobierno federal no tiene nada que ocultar y reconoce que no habían ni las condiciones de inteligencia ni las operativas para haber llevado a cabo el intento de apresar a Ovidio Guzmán, y ahora hay que revisar los protocolos, sobre todo el que tiene que ver con solicitar la autorización expresa de un mando superior en un operativo de esa magnitud y, por supuesto, mejorar la coordinación ente todas las instancias participantes.

Asimismo, evitar la precipitación y garantizar que las fuerzas armadas jamás estén en riesgo de ser agredidas por civiles de cualquier naturaleza o vestuario, sobre todo porque no se trata de organizaciones criminales débiles.

Ante la insistencia de PAN y PRI para que explicara por qué se dejó libre a Ovidio Guzmán, respondió que nunca se le detuvo, ya que no existía orden de aprehensión, y cuando se solicitó, comenzó la movilización criminal en Culiacán, que se volvió inmanejable y nosotros lo que hicimos fue ordenar el retiro del personal.