lásico en él, Claudio X. González Laporte (una de las cabezas visibles del permanente acoso a quien hoy ocupa la llamada silla del águila, pero muy activo en su cruzada desde que López Obrador ganó la jefatura de gobierno del Distrito Federal) tira la piedra y oculta la mano. Por abajo del agua mete zancadillas, grilla e intenta encabezar la revuelta de los barones del dinero, pero a la hora de dar la cara siempre sale con el yo no fui.

Desde hace dos décadas este personaje decidió echar toda la carne al asador (incluido su junior, que está duro que te dale) en su afán de evitar, cueste lo que cueste, que cierto personaje de la política nacional ascendiera en la escalera del poder. Pero de nada le sirvió, porque hoy es Presidente de la República.

Como todas sus artimañas han fallado, ahora a González Laporte, presidente del consejo de administración de Kimberly Clark de México, se le ocurrió que una buena estrategia desestabilizadora es promover que los empresarios no inviertan en nuestro país mientras López Obrador ocupe la silla presidencial, y dedica su tiempo a sumar adeptos a su causa.

Por ello, como detalla la información publicada por La Jornada, “Kimberly Clark de México, que preside Claudio X. González, uno de los principales opositores del presidente Andrés Manuel López Obrador, descartó realizar inversiones en México a corto plazo, debido a la desconfianza que mantiene con algunas decisiones del gobierno federal y a las señales de desaceleración económica en el país.

“Durante la presentación de los resultados económicos de su tercer trimestre de 2019, el director general de la empresa, Pablo González Guajardo (hijo de González Laporte), dijo que la compañía se mantiene a la expectativa, pues las políticas del gobierno federal no son lo que les gustaría para invertir a corto plazo… Desafortunadamente, continuamos viendo anuncios de nuevas políticas del gobierno que podrían no ser lo que nos gustaría para comenzar a invertir en el corto plazo”.

Cínico, como es, Claudio X. González dijo que hay mucho interés de conseguir una mayor inversión, y esa declaración a los medios la hizo el 16 de agosto de 2018, tras concluir un encuentro entre López Obrador y los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios. Y fue más allá: tenemos muchas ganas de ayudarlo a que sea un muy buen Presidente de México; hay que ir para adelante, hay mucho interés por parte del sector empresarial y hay mucho interés por parte del señor Presidente electo; es nuestro Presidente electo: 30 millones de votos, muy impresionante, ¿no?.

Pues bien, más tardó en declarar lo anterior que meter el acelerador a fondo en su intento por desestabilizar al nuevo inquilino de Palacio Nacional, y el supuesto interés de conseguir una mayor inversión, en los hechos, se traduce en hacer ruido por todas partes, meter zancadillas, cancelar inversiones y promover que otros empresarios no las realicen.

Pero como los González Laporte-Guajardo están acostumbrados a tirar la piedra y esconder la mano, ayer, en un comunicado oficial, Kimberly Clark de México aseguró que el comentario fue sobre el contexto nacional e internacional, en el que se observa un menor ritmo de crecimiento por lo que se requiere mejorar las condiciones para atraer más inversión en el corto plazo.

Que les crean en su casa, porque de parte del sector empresarial, González Laporte recibió puntual respuesta: México es un país lleno de oportunidades y no hay empresa que quiera crecer que no estimule sus posibilidades de nueva inversión (Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial).

Más contundente aún fue la reacción de los consumidores: en redes sociales llamaron a no comprar productos de Kimberly Clark.

Las rebanadas del pastel

Ya con el conteo definitivo, Evo Morales no irá a segunda vuelta: ganó con el margen que establece la ley y se mantendrá en el Palacio Quemado para un cuarto periodo.

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