Madrid. Los satélites Copernicus Sentinel 1 y 2 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) revelaron nuevas grietas en el glaciar Pine Island, una de las principales arterias de hielo de la capa de hielo antártica occidental. Las dos grandes grietas se detectaron por primera vez a principios de este año; cada una ha crecido rápidamente hasta casi 20 kilómetros de longitud.

Mark Drinkwater, jefe de la División de Ciencias de la Tierra y de la Misión en la ESA, dice en un comunicado: “Estas divisiones aparecieron poco después del gran desprendimiento del iceberg B46 del año pasado. El monitoreo del Sentinel-1 indica que un nuevo iceberg de proporciones similares se desprenderá pronto”.

El glaciar Pine Island, junto con su vecino glaciar Thwaites, conecta el centro de la capa de hielo antártica occidental con el océano, descargando cantidades significativas de hielo en el océano.

Estos dos glaciares han estado perdiendo hielo de manera dramática en los pasados 25 años. Debido a su ubicación extremadamente remota, los satélites juegan un papel crítico en la medición y monitoreo de la glaciología antártica, al revelar el momento y el ritmo de la retirada de los glaciares en la Antártida.

Desde principios de la década de 1990, la velocidad del hielo del glaciar Pine Island ha aumentado a valores que exceden 10 metros por día. Su frente de hielo flotante, cuyo espesor promedio es de aproximadamente 500 metros, ha experimentado una serie de eventos de desprendimiento en los pasados 30 años, algunos de los cuales han cambiado abruptamente la forma y la posición del frente de hielo.

Estos cambios han sido mapeados por la ESA desde la década de 1990, con eventos de deprendimiento en 1992, 1995, 2001, 2007, 2011, 2013, 2015, 2017 y 2018. El último de ellos, denominado B46 por el Centro Nacional de Hielo de Estados Unidos, fue de 226 kilómetros cuadrados de tamaño.

Recientemente, la frecuencia de los eventos de desprendimiento del Pine Island ha aumentado. Se ha observado que el glaciar pierde masa debido a una combinación de eventos de desprendimiento junto con un fuerte derretimiento basal, donde las cálidas corrientes oceánicas erosionan la parte inferior de la plataforma de hielo flotante. A medida que ésta adelgaza y produce enormes icebergs, la descarga del glaciar no puede reponer el hielo perdido y el frente de la plataforma de hielo retrocede desde su posición anterior.