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Arde Sinaloa

Los efectivos actuaron sin consenso de sus mandos

Reconoce el gobierno operativo deficiente y falta de previsión
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▲ Conferencia de prensa del gabinete de seguridad sobre los hechos violentos del jueves en Culiacán.Foto Notimex
Corresponsal y Reportero
Periódico La Jornada
Sábado 19 de octubre de 2019, p. 5

El secretario de la Defensa Nacional (Sedena), el general Luis Cresencio Sandoval González, reconoció que el operativo para detener a Ovidio Guzmán López, El Ratón, se realizó de manera precipitada, con deficiente planeación y falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención, omitiendo además obtener el consenso de sus mandos superiores; consecuentemente, el gabinete de seguridad no fue advertido de las acciones que realizó un grupo de 40 hombres, integrado por elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano.

El operativo derivó en casi 12 horas de balaceras y enfrentamientos en esa ciudad; oficialmente dejó un saldo de ocho personas muertas, entre ellas un elemento de la Guardia Nacional, un civil, un preso de Aguaruto y cinco agresores, así como 49 reos evadidos (39 del fuero federal y 10 del fuero común), y 13 integrantes de las fuerzas federales heridos.

Las agresiones del cártel de Sinaloa incluyeron ataques a las instalaciones del cuartel y zona habitacional que forma parte de la Novena Zona Militar, ya que allí los sicarios abrieron fuego y privaron de la libertad a un policía de una empresa de seguridad y a un militar que estaba de vacaciones.

Lo anterior, durante una conferencia de prensa ofrecida en la capital sinaloense, encabezada por los titulares de la Sedena y de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño. Este último señaló que no se abandonará la estrategia de paz como producto de la justicia, no hay falta de Estado ni ausencia del gobierno federal en esta decisión, ya que de haber continuado con la operación hubiese implicado un altísimo e inadmisible riesgo de bajas entre la población civil.

Durante el acto también estuvieron presentes –pero no tomaron la palabra–, el secretario de Marina, el almirante José Rafael Ojeda Durán; el comandante de la Guardia Nacional, el general Luis Rodríguez Bucio, y el titular del Centro Nacional de Inteligencia (antes Centro de Investigación y Seguridad Nacional), Audomaro Martínez Zapata.

El general Sandoval González afirmó ante la prensa que el operativo que desató la violencia en Culiacán, Sinaloa, no fue circunstancial, ya que se trató de una acción directa para la aprehensión de un delincuente (Ovidio Guzmán López) que contaba con orden de detención con fines de extradición emitida por un juez federal, y que el grupo responsable de esta acción fue personal de la Policía Ministerial Militar y de la División Antidrogas de la extinta Policía Federal, hoy Guardia Nacional.

Señaló que el grupo responsable de esta acción era la Policía Federal Militar y que el comando que realizó la operación buscaba alcanzar resultados positivos, pero, reconoció, actuó de manera precipitada, (con) deficiente planeación. Añadió que los integrantes de la patrulla “no consideraron –que el libramiento– de la orden de cateo iba a durar más tiempo; y ya tenían al personal ahí cuando empiezan a recibir fuego. Fue esta parte improvisada, esta parte precipitada que los hizo llegar a los errores que generaron todo lo que se presentó en la ciudad”.

Durazo Montaño consideró que la población fue utilizada como escudo humano por la criminalidad, y sostuvo que el objetivo del gobierno federal “no es enlutar hogares, sino resarcir el desgarrado tejido social. No vamos a regresar a los tiempos de las masacres generalizadas, aun y cuando nos lo pidan desde instancias dignas de mejores causas. No nos interesa andar por la vida envueltos en un manto de sangre derramada.

Vamos a ganar el desafío de la paz, pero no convirtiendo a México en un cementerio mayor al que ya ha sido por tantos años. Nos enfrentamos a grupos que son resultado de décadas de corrupción política y abandono social.