echos insólitos están ocurriendo en nuestro planeta, cambios que hace dos o tres años eran inimaginables: un fin de semana de septiembre pasado una jovencita de 16 años de nacionalidad sueca, de nombre Greta Thunberg, fue capaz de movilizar a 4 millones de niños y jóvenes y a sus padres, en manifestaciones realizadas en más de un centenar de naciones, sin tener que invertir un dólar en campaña publicitaria alguna. Tres días después, Greta daba un mensaje ante el pleno de las Naciones Unidas, tal como en los pasados 70 años lo hicieron personajes como Winston Churchill, Fidel Castro, John F. Kennedy, Nikita Jrushchov, Nelson Mandela y Barack Obama, el tema abordado por ella no fue menor, los riesgos inminentes en que estamos incurriendo, la desaparición de la vida en el planeta que hoy habitamos, precisamente ahora, en el tiempo en el que un líder racista, misógino, violento y con tendencias fascistas que responde al nombre de Donald Trump, parece estar empeñado en acentuar tales riesgos.
Se trata de un hecho trascendente y totalmente diferente a todos los que conforman la historia de nuestra civilización: de un lado está el líder político de la nación más poderosa de la Tierra, un hombre despiadado, irresponsable y corrupto, cuyo único deseo ahora parece ser mostrarnos que sólo sus chicharrones truenan y que (al menos para mí) representa el pasado, un pasado que debemos dejar atrás. Del otro, está Greta, sus huestes parecen ser cada día más grandes, son los niños y jóvenes de cientos de países, seguramente sin experiencia, pero convencidos de que su posición es no sólo correcta, sino la única salida posible ante la crisis ecológica que estamos viviendo y de la cual miles de millones de seres humanos no estamos plenamente conscientes. Hoy esta joven es ya el ícono del futuro. En sólo una semana las cifras de manifestantes en apoyo a sus demandas, pasaron de 4 a 6 millones de personas en todo el planeta y el mayor crecimiento se está dando entre los adultos jóvenes conscientes, como los niños, de la importancia que tiene y tendrá para ellos el cuidado del planeta.
El motivo de las protestas de Greta no es nuevo; ya existía y era grave en nuestro país y seguramente en muchos otros, en lo personal recuerdo que cuando yo era niño, íbamos a visitar a mi abuelo que tenía un pequeño hotel en Zitácuaro, Michoacán, los paseos me gustaban mucho, pero al regreso me sentía triste viendo desde la carretera cómo el bosque de Bosencheve, ubicado entre Toluca y Zitácuaro, estaba siendo destruido de manera irresponsable, me quedaba claro que nada podía yo hacer, más allá de expresar mi molestia por ello con mis padres y compañeros de escuela. Más de 70 años después difícilmente me enojo, sobre todo ahora que estamos viviendo la experiencia de la 4T. Sin embargo, como mexicano me ha sido difícil no enojarme ante los agravios e insultos del actual presidente de los Estados Unidos, al referirse a México, a nosotros los mexicanos e igualmente a nuestros hermanos de Centroamérica, como integrantes de una raza inferior y más sabiendo que ha sido el imperialismo estadunidense la causa central de la actual crisis que se vive en Centroamérica. (Historia de los hermanos Dulles y de la empresa United Fruit).
Pero así como este personaje ha manifestado su odio y desprecio a los mexicanos y centroamericanos, lo ha hecho también con los venezolanos, con los chinos, con los iraníes, con los rusos y bueno contra el planeta entero, lo cual es fácil advertir escuchándolo hablar de manera irresponsable en torno a la destrucción de los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra, convirtiéndose así, en el líder indiscutible y representante de los sectores más retrógrados, no sólo de Estados Unidos, sino de todo el mundo, aunque su respaldo político sea de carácter local y provenga de un conjunto relativamente pequeño de gringos ignorantes y rijosos, que espero puedan darse cuenta en sus próximas elecciones, que su presidente está a punto de ser expulsado del poder, mediante el juicio político que merece. Pero si aún esto no fuera así y su próxima batalla se da en las elecciones de 2020, sin duda será Greta quien lo derrotará. No tengo duda de que serán los jóvenes de Estados Unidos, convencidos de las nuevas ideas planetarias que constituyen la respuesta natural a la convocatoria de la jovencita sueca, quienes darán su voto contundente al Partido Demócrata y a su candidato a la presidencia de Estados Unidos. El tiro de gracia a la posible candidatura de Trump, si es que éste decide seguir adelante, se lo darán su propia arrogancia y afanes de poder.
Punto y aparte: en estos tiempos nuevos de la 4T, la salud de todos los mexicanos debe ser una preocupación del gobierno y de la sociedad misma, incluyendo a los empresarios. Considero que estos últimos están en su derecho de desarrollar estrategias orientadas a incrementar las utilidades de sus empresas, siempre y cuando no pongan en riesgo la salud de la población que consume sus productos o servicios.
En el caso del pollo, son muchos los productores que utilizan irresponsablemente hormonas y clenbuterol para aumentar la masa y el peso del animal (y con ello sus utilidades), sin importarles mayormente las afectaciones que pueda generar en la salud de sus consumidores, cuya dieta se basa en este tipo de carne para evitar problemas con el colesterol en su sistema cardiovascular.
*Director del Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE).