En el mundo existe un desorden económico, social, político y ambiental, que demanda replantear el modelo financiero que atienda mejor los problemas de desarrollo y medio ambiente, de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés).

Durante la presentación en la Ciudad de México del Informe sobre el comercio y el desarrollo 2019, Igor Paunovic, representante de la Unctad, expresó que vemos nubes negras en el horizonte económico mundial, una recesión posible el año entrante y un desorden económico causado por los estragos del cambio climático.

En este año, detalló, la economía mundial está creciendo solamente 2.3 por ciento, inferior al 3 por ciento de lo registrado en 2018. Para los países en desarrollo también hay una desaceleración: de 4.2 por ciento el año pasado a 3.5 por ciento en 2019. En América Latina y el Caribe el escenario es peor: de 0.7 el año pasado a sólo 0.2 el año corriente.

En este contexto, agregó Paunovic, México crecerá por debajo de uno por ciento, incluso es muy probable que sea de 0.4 por ciento por ciento. El escenario significa para nuestro país un estancamiento, porque en los pasados cinco años la tasa de crecimiento se redujo.

Frente este panorama, la Unctad ha propuesto un plan internacional verde, llamado por ellos New Deal verde global, el cual, detalló Paunovic, tiene tres ejes que son la recuperación inclusiva; la regulación del capitalismo rentista y financiero, así como la redistribución universal y estructural.

En el reporte se especifica que el cambio climático ya está causando graves estragos en todo el mundo y representa una amenaza existencial. Paunovic precisó que el incremento de la temperatura de 2 grados centígrados podría costar de 70 billones de dólares a 550 billones.

Según cálculos de los economistas de la Unctad, si se proyecta un incremento anual de la inversión verde total equivalente a 2 por ciento de la producción mundial –aproximadamente 1.7 billones de dólares–, se podría generar al menos 26 millones de puestos de trabajo en países desarrollados y 146 millones en naciones en desarrollo.

Además, se procuraría una reducción general de las emisiones de carbono para el año marcado como meta en la Agenda 2030.

El documento expone que la descarbonización de la economía global requerirá un aumento considerable de la inversión pública, especialmente en sistemas de transporte, energía y alimentación no contaminantes.

Ese proceso, según la Unctad, deberá estar respaldado por políticas industriales eficaces, que contemplen ayudas públicas, incentivos fiscales, préstamos y garantías específicos y una mayor inversión en investigación, desarrollo y adaptación tecnológica.