Cultura
Ver día anteriorSábado 24 de agosto de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Apoteosis frente a las pantallas digitales
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de agosto de 2019, p. 2

La piel chinita, lágrimas de emoción al borde del asiento. La felicidad se instaló ayer en el orbe: comenzó la era Petrenko en la mejor orquesta del planeta.

En transmisión mundial en vivo a través de su Digital Concert Hall, la Filarmónica de Berlín, con todos sus primeros atrilistas titulares en acción y en honor de su nuevo líder, hizo de la Novena Sinfonía de Beethoven un monumento a la felicidad. A la belleza. Desde la Philharmonie, a su vez la mejor sala de conciertos del orbe, Kirill Petrenko empuñó por vez primera la batuta como titular de la orquesta berlinesa.

Miles en el mundo presenciamos la epopeya frente al aparato televisor, merced a las nuevas tecnologías que permiten captar con gigantescas ‘‘pantallas inteligentes”, bocinas Bose, super alta fidelidad en audio e imagen, todos los conciertos de la Filarmónica cuyo mando hereda sir Simon Rattle a la gran figura rusa que ayer detonó descargas de serotonina, adrenalina dulce (la hay, ayer la derramamos por hectolitros y hectolitros), dopamina y mucha vitamina para el alma.

¿Cómo puede algo sostener niveles elevadísimos de placer durante tantos, interminables minutos?, ¿cuánto puede durar un orgasmo, horas? ¿Qué es ese algo tan erótico, apapachador, tranquilizante, afrodisiaco y dionisiaco?

Es la música. Sin más

Es la Filarmónica de Berlín.

Es Kirill Petrenko.

Es la felicidad.

Ayer todo era contento sala adentro y frente a miles de pantallas electrónicas en distintos puntos del planeta.

Serenidad a la hora del triunfo es de maestros

Fue tan milagroso, que observamos cómo en nuestra mente el propio Ludwig van Beethoven aventó por la ventana su rudimentario aparato que utilizaba, sordo ya, para medio escuchar y recuperó el sentido del oído de inmediato.

Y nosotros todos los sentidos.

Ayer el mundo se convirtió en un mundo mejor. Comenzó la era Petrenko.

Al finalizar la transmisión, las cámaras de alto poder captaron el rostro de Kirill Petrenko en primer plano: sereno.

Estar sereno a la hora del triunfo es de maestros, de grandes maestros.

De acuerdo con los preceptos budistas, la felicidad es un estado permanente de serenidad.

Hela ahí.