Para los dirigentes del Frente Auténtico del Campo (FAC) lo señalado por el presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a que las organizaciones campesinas recibían miles de millones de pesos del presupuesto es una falsedad y lo conminaron a que presente las pruebas, y proceda legalmente si se confirman delitos.

Tras anunciar el levantamiento del plantón que el FAC mantenía desde hace 18 días frente a Palacio Nacional y de los campamentos frente al Senado, la Bolsa de Valores y la Secretaría de Gobernación, los líderes aseguraron que se equivoca el Presidente, no tiene datos exactos y advirtieron que volverán a su plantón el primero de septiembre.

López Obrador aseveró que en los últimos tres años las agrupaciones campesinas recibieron 10 mil millones de pesos y que en 2018 se les canalizaron 3 mil millones.

Álvaro López Ríos, líder de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), comentó que han echado a andar proyectos con los que se combatía la pobreza, y ha sido con trabajo, y no a partir de dádivas. Reconoció que la UNTA recibió recursos públicos para proyectos, pero negó un mal uso. En los últimos 10 años, seguramente mi gestión superó los 10 mil millones de pesos, pero ni un sólo centavo pasó por mis manos ni por manos de los dirigentes, se entrega de manera directa a los grupos que cumplieron los requisitos normativos y que el proyecto fue calificado viable.

Federico Ovalle Vaquera, líder de la Central Independiente de Obreros y Campesinos (Cioac), retó al mandatario a que esculque a las agrupaciones y a sus dirigentes. Qué investigue a las organizaciones, y si encuentra cualquier viso de desvío de recursos, de delitos, nos lleven a enfrentar la justicia, y si no, que cese la campaña de difamación, hostigamiento y de descalificación.

Precisaron que a quienes sí se les entregaron grandes sumas de dinero público es a Gruma, Maseca, Nestlé y Cargil, pero también algunas migajas a la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, del (senador por Morena) José Narro, a El Barzón, del (diputado morenista) Alfonso Ramírez Cuéllar y para los achichincles que hoy están alrededor del Presidente.

Fuentes del sector indicaron que los recursos dirigidos a las agrupaciones campesinas eran otorgados en su mayoría por la Secretaría de Agricultura, pero también por la Sedatu, Semarnat, el Inaes y el Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares.

En la antigua Sagarpa los recursos fluían mediante el programa Fondo para Apoyo a Proyectos Productivos en Núcleos Agrarios, Programa de Apoyo para la Productividad de la Mujer Emprendedora, Programa de la Mujer en el Sector Agrario, y Fortalecimiento a Organizaciones Rurales; esquemas que desaparecieron en este gobierno.

Las organizaciones presentaban propuestas de proyectos productivos, y si éstos se aprobaban, se canalizaban los recursos. Indicaron que en ocasiones había colusión con funcionarios que pedían un porcentaje para aprobar los proyectos, también los despachos dictaminadores demandaban sus porcentajes.