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IMSS-Robledo: ¿nueva administración, nuevas cifras?
C

omo sus antecesores panistas, Fox y Calderón, el efecto cosmético del peñismo priísta sobre la situación financiera del IMSS consistió, nuevamente, en una franca quimera. La ilusión fue fabricada por el ex director José Antonio González Anaya, quien siguió eludiendo ajustar el diagnóstico panista –deliberadamente equivocado– y elaboró otro nuevo principio fabulado, tan inverosímil como el anterior. Como los panistas, González Anaya ignoró lo principal: el impacto generado por la privatización pensionaria de Zedillo (1995). Luego inventó otro arreglo financiero que, inmediatamente, presumió como la fantástica salvación sexenal del IMSS-Peña.

De manera tramposa hizo brotar la crisis financiera, de la carga de la doble morbilidad simultánea que representan los padecimientos crónico-respiratorios-infecciosos; de los médicos-enfermeras que no están coordinados para atender los males crónicos; que son remunerados con salarios fijos no atados a los servicios prestados; sindicalizados que perciben bonos de desempeño no vinculados con su propia actuación. Y esto generó una crisis financiera!

Así surgió el fantástico salvamento peñista. En 2012, apuntó González Anaya, el IMSS enfrentaba una situación crítica. Pero gracias a su Plan Estratégico, se establecieron los fines simultáneos de mejorar la calidad del servicio y asegurar la sustentabilidad financiera en el corto, mediano y largo plazos, que, como confirman las innumerables quejas de derechohabientes, constituía una agenda imposible.

Y con esa fábula siguió atribuyéndose mejoras en transparencia, simplificación de procesos y fomento del cumplimiento de obligaciones ¡que lograron reducir el déficit a la mitad! Tanto que, por la fábula, en sólo dos años, los esfuerzos para estabilizar al IMSS disminuyeron a la mitad el uso de las reservas. En octubre-2015, durante la 106 Asamblea General Ordinaria, sostuvo ante Peña que así que, señor presidente, con orgullo colectivo le informo que la viabilidad financiera del instituto, está garantizada durante su administración, mientras lo alcanzaban, por minuto, las denuncias sobre la mala calidad de los servicios.

Con pobre asesoramiento y peor ubicado en el mismo gobierno que integraba, frente a este cuadro, ya en la 4T, el efímero director Germán Martínez sostuvo que una de las más grandes corrupciones institucionales es la subvaluación, subestimación y subpago de cuotas obrero-patronales, infinitamente más grande que la compra de medicamentos. Luego ofreció –sin nunca cumplir– una gran auditoria, rápida y oportuna que deberá estar lista en enero 2019 con la finalidad de evitar simulación sindical, vía contratos de protección o en la entrega de las cuotas obrero-patronales.

Justo lo que también declara el nuevo titular Zoé Robledo: las distorsiones del subregistro de personal con un salario menor al que realmente percibe, o que se les paga por fuera, está generando un gran problema pensionario ( El Financiero, 1/7/19). Y, sin embargo, mantiene en el cargo a la funcionaria peñista Norma Gabriela López Castañeda –con buena parte de su equipo– quienes podrían haber encubierto esa presunta evasión.

De forma lamentable, aunque Robledo no se ha referido aún a la situación financiera institucional, el primer Informe 2018-2019 al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS de la 4T –una aguada mezcla González Anaya-Germán Martínez–, comparte el deliberadamente equivocado diagnóstico panista sin pronunciarse explícitamente sobre la quimera peñista de González Anaya. El Informe –cuyo nombre ya debería transformar la 4T en otro vinculado a la mejora de los servicios del IMSS– sostiene que al cierre de 2018 se logró un superávit de 14 mil 766 millones de pesos de 2019 que, sumado al obtenido desde 2016, representa un superávit acumulado de más de 32 mil millones de pesos (p. 330).

Si el director Robledo acata la clara instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador comunicada en San Luis Potosí (19/7/19): dos partes, derechohabientes atendidos con IMSS e Issste, mejorando el servicio, y un sólo sistema para atender a población abierta, deberá ocuparse –pronto– de las verosímiles cifras sobre la realidad financiera institucional, evitando los deliberados equívocos panistas, así como los quiméricos maquillajes del peñismo. Esas nuevas cifras son indispensables para cumplir con la ya instruida mejora efectiva de sus servicios.

Porque como también le indicara AMLO: tienes que mostrar Zoé que estás a la altura de Antonio Ortiz Mena y Jesús Reyes Heroles. Así te queremos. Porque ya ni les digo quiénes fueron directores del IMSS: el último por ser concuño de Salinas y el que lo sustituyó, peor todavía (Jáltipan, Ver. 27/7/19).

*Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco