Celebración con maquillaje
asta dónde llega la hipocresía de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas. En esta misma semana, mientras se realizan en México foros y festivales para celebrarlos
, continúa la represión y amenazas para quienes rechazan el despojo de sus territorios y luchan para seguir siendo lo que son.
En Yucatán, el joven defensor maya Gregorio Gau Caamal, activista y representante común en la demanda de amparo interpuesta contra el megaproyecto fotovoltaico Yucatán Solar, recibió una llamada telefónica desde un número registrado en Mérida, en la que un hombre que se identificó como comandante de la guardia del Cártel del Golfo
le advirtió que están en Valladolid y conocen su dirección
para actuar en su contra por andar molestándolos
.
El activista de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal ya había recibido una amenaza en abril pasado, cuando llegó a su domicilio un documento requiriéndole que se desistieran de la demanda contra el proyecto energético que los despoja de su territorio.
Al mismo tiempo, en el oriente de Morelos los defensores nahuas que luchan contra el Proyecto Integral Morelos (PIM), que contempla una termoeléctrica en Huexca, un gasoducto en Morelos, Puebla y Tlaxcala y un acueducto sobre tierras zapatistas, fueron abiertamente criminalizados por el gobierno mediante la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Teresa Castellanos y Jaime Domínguez, dos defensores sociales que han sido galardonados con el Premio de Derechos Humanos Sergio Méndez Arceo, fueron citados a comparecer ante el Ministerio Público Federal adscrito a la Fiscalía General de la República (FGR), debido a una nueva demanda por daño moral que presentó la CFE. La acusación federal refiere que ambos participaron el pasado 10 de abril en la protesta que se organizó frente a las instalaciones de la termoeléctrica de Huexca, en el municipio de Yecapixtla, donde se pintaron consignas.
La criminalización de la protesta y las amenazas a los indígenas defensores del territorio y de los derechos humanos, quitan el maquillaje a un gobierno que sólo los contempla para los festivales y ceremonias ad hoc.