Roma. Italia estaba sumida ayer en una crisis inédita después de que el ministro de Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, deshizo la coalición gubernamental y reclamó unas elecciones rápidas, lo que podrían dejar al país en manos de un equipo técnico o de un Ejecutivo de extrema derecha.

El partido Liga, de Salvini, presentó ayer ante el Senado la moción de censura contra el primer ministro Giussepe Conte, con la que oficialmente tumba al gobierno del que formó parte durante 14 meses junto con el antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S).

Pedimos elecciones lo más rápido posible, declaró Salvini, quien ya está en campaña electoral en las ciudades costeras.

Si se constata, como es probable, que no hay una nueva mayoría entre los legisladores en torno a un líder político, el parlamento será disuelto, lo que podría ocurrir alrededor del 26 de agosto, y se convocaría a elecciones anticipadas.

La celebración de comicios genera una serie de incógnitas, pues técnicamente, ya no hay un gobierno que los convoque. Entre las salidas a esta situación está la posibilidad de que se designe a un gabinete de técnicos que organice los comicios, o que el gobierno actual, en calidad de interino, siga ocupándose hasta el día de la votación. Las elecciones podrían efectuarse en octubre o en noviembre.

La crisis desatada por el líder ultraderechista, con las dos ramas del parlamento cerradas por vacaciones, tomó desprevenido a su ex aliado Luigi Di Maio, líder del partido M5E.

El choque entre los aliados se ahondó tras la decisión del M5E de votar el miércoles en contra del controvertido proyecto de la línea del tren de alta velocidad entre Francia e Italia, conocido como TAV, que la Liga apoya fuertemente.

La Liga se presentará a los comicios en posición de fuerza, con sondeos favorables que le otorgan entre 36 y 38 por ciento de la intención de voto, lo que, en principio, permitiría a los ultraderechistas gobernar en solitario.