La inflación en julio registró un avance de 3.78 por ciento a tasa anual –el más bajo desde diciembre de 2016, previo a la liberación de las gasolinas–, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Con ello hila dos meses en el rango objetivo del Banco de México, cuya media es 3 por ciento, con una variación de uno por ciento.

Un menor peso de los energéticos y los productos agropecuarios ayudaron a revertir la tendencia que empujó al alza el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en enero de 2017, incremento que fue acompañado por un avance paralelo de las tasas de interés, que pasaron de 5.75 por ciento hasta el nivel actual de 8.25 por ciento.

Por componentes, la inflación subyacente –que agrupa a los productos menos propensos a variar– incrementó 3.82 por ciento anual. Mientras la no subyacente aumentó 3.64 por ciento, también la tasa más baja desde diciembre de 2016.

No obstante, las necesidades básicas crecieron por arriba del indicador. Los alimentos y bebidas no alcohólicas avanzaron 5.44 por ciento, el gasto en salud creció 4.16 por ciento y el rubro de transporte lo hizo en 4.52 por ciento frente a julio de 2018. El gasto en vestido y calzado varió 2.22 por ciento, y el que va a vivienda, agua, electricidad y gas lo hizo en 1.33 por ciento.

Analistas esperan una baja en la tasa de referencia

Los productos que presionaron más el indicador fueron el pollo, la cebolla y la papa y otros tubérculos. Mientras el gas doméstico, el chayote y la uva incidieron en menor medida. Tabasco destacó por ser el estado dónde más avanzó la inflación al finalizar julio. La variación promedio nacional fue de .38 por ciento, pero en el estado petrolero fue tres veces mayor, con un incremento de 1.15 por ciento en un mes.

En análisis por separado, cinco grupos financieros coincidieron en que la incertidumbre política, el menor crecimiento económico y la reducción en las tasas de interés de la Reserva Federal generan las condiciones para que el Banco de México haga lo mimo antes de que acabe el año. Es el caso de Banco BASE, Monex, Actinver, Citibanamex y Banorte. Los últimos cuatros coincidieron en que un primer recorte será en septiembre y sería de un cuarto de punto.

El comunicado de la decisión de política monetaria del próximo jueves será relevante para conocer la forma en la que los acontecimientos recientes, la baja de tasas de la Fed y los débiles datos internos que se han publicado durante julio y agosto, puedan haber modificado las perspectivas de los miembros de la junta de gobierno, anotó Monex.

Gabriella Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, destacó que los riesgos de inflación se mantienen, particularmente las depreciaciones del peso. Banorte consideró que los inversionistas permanecerán cautelosos de la dinámica de la inflación subyacente ante las preocupaciones externadas por Banco de México en sus últimos reportes.

Los analistas de Actinver insistieron en que se mantiene un elevado grado de incertidumbre política, tanto en el ámbito local como internacional, y aunque la inflación subyacente está en el rango objetivo desde hace un tiempo, ésta ha sido renuente a disminuir a pesar de las elevadas tasas.

Citibanamex anticipó que la inflación cerrará el años en 3.6 por ciento.