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Las afectaciones, crecientes

El cambio climático abre nuevos negocios a aseguradoras

En Latinoamérica, pólizas por exceso de lluvia: Swiss Re

 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de agosto de 2019, p. 19

El cambio climático abrió nuevos negocios a la industria de las aseguradoras. Se prevé que en los años próximos se venderán seguros contra fenómenos climatológicos extraordinarios e incluso contra eventos que han sido reportados relativamente poco, como exceso de lluvia, manifestó Andrea Baer, vicepresidenta del área de soluciones innovadoras de riesgo para América Latina de Swiss Re.

Las cifras oficiales más recientes plantean que en 2017, año que destacó por la recurrencia de huracanes y terremotos, América Latina sufrió pérdidas económicas por 32 mil millones de dólares. Sólo bienes por 5 mil millones estaban asegurados.

La brecha de cobertura en la región continúa muy alta, explica Baer en entrevista.

En 2018 los daños económicos totales –provocados por catástrofes naturales y siniestros antropógenos– ascendieron a 165 mil millones de dólares, según un reporte para la empresa.

Los seguros cubrieron 85 mil millones de dólares de dichos perjuicios. Es el cuarto pago más alto en un año realizado por el sector, por arriba del promedio anual de los 10 años anteriores: 71 mil millones.

De lo protegido el año pasado, 76 mil millones de dólares fueron por catástrofes naturales.

Desde 1970 las pérdidas económicas han aumentado constantemente y siempre hay una necesidad mayor de seguros. El cambio climático conduce a una mayor frecuencia y severidad (de eventos), explica Andrea Baer.

Confía en que ante un panorama de desaceleración económica en la región, recientemente advertido por el Fondo Monetario Internacional, el sector difícilmente se verá impactado.

La empresa participa mayormente como reaseguradora. En México vende coberturas contra ciclones y temblores. Actualmente incursiona en los daños que se puedan ocasionar a arrecifes y playas, bajo las llamadas coberturas paramétricas.

El año pasado se incrementaron la velocidad del viento y la intensidad de los terremotos.

Es decir, si se alcanza el parámetro de la póliza, independientemente de los daños físicos, se realiza el depósito en los 30 días posteriores a un evento. O sea, si un ciclón rebasa cierta velocidad, si un terremoto supera determinada magnitud.

Por el momento eso es lo que hay para México. Asegurar un nuevo fenómeno –como el de ahora, en México, con el sargazo o los efectos de exceso de lluvia– requiere entre cinco y 10 años. Es lo que se tarda en generar un producto que tenga en cuenta esas tendencias.

Tenemos preocupaciones por otras partes del mundo. Por ejemplo, inundaciones. Ya hemos desarrollado soluciones paramétricas para algunas zonas de Europa. En América Latina se ofrecerán coberturas por exceso de lluvia.

De acuerdo con Baer, el seguro paramétrico que se usó para respaldar las playas y arrecifes de Quintana Roo es un ejemplo para cubrir las brechas en aseguramiento, como lo hay en el Fondo de Desastres Naturales (Fonden).

En mayo, Rubem Hofliger, jefe de soluciones del sector público para América Latina de Swiss Re, destacó que hay un esquema desarrollado a escala federal en gestión de riesgos a partir del Fonden, pero no en los gobiernos locales.

Baer explicó que ese tipo de coberturas no atañe únicamente al sector hotelero, que está entre sus primeros clientes, sino también para el sector energético, en líneas de transmisión y distribución que son propensas al deterioro por fenómenos naturales.