París. Un juicio en el que la compañía telefónica francesa Orange, su ex director general Didier Lombard y otras personas fueron imputados por acoso moral vinculado con una serie de suicidios ocurridos entre 2006 y 2009, llegó a su fin ayer.

La compañía, que anteriormente se llamaba France Telecom, está acusada de incurrir en prácticas para desestabilizar a los trabajadores con el fin de deshacerse de 22 mil miembros del personal como parte de una labor para reducir costos, luego de que la compañía fue privatizada en 2004.

Dada la dificultad para despedir empleados bajo la ley francesa, los fiscales argumentaron que la compañía utilizó una variedad de métodos para deshacerse de la gente, como degradar al personal o trasladarlos en contra de su voluntad a nuevas ubicaciones.

Durante el periodo de cuatro años de deliberaciones, la compañía registró 19 suicidios, 12 intentos de suicidios y ocho casos de depresión severa entre el personal.

Cartas y fotografías de las víctimas fueron exhibidas en una pantalla gigante del tribunal de París, incluida una en la que se leyó: Estoy quitándome la vida por mi trabajo en France Telecom. Es la única razón.

La fiscalía quiere que se imponga la pena máxima que es un año en prisión para Lombard y otras dos personas, quienes niegan todas las acusaciones. La compañía podría recibir una multa de hasta 75 mil euros (84 mil dólares). Otros cuatro empleados, que están acusados de ser cómplices, enfrentan una sentencia máxima de ocho meses en prisión y una fianza de 10 mil euros (11 mil dólares). También se busca una indemnización por daños y perjuicios de 2 millones de euros (2.2 millones de dólares).

El veredicto será anunciado el 20 de diciembre.

Francia es una de las pocas naciones que puede procesar a las compañías o empleados por haber causado una ansiedad sistemática en el ambiente laboral.