La austeridad no es un asunto administrativo, sino de principios, aseveró el presidente Andrés Manuel López Obrador, como explicación de las restricciones al gasto que se han aplicado, que incluyen la venta del avión presidencial y la reducción del turismo político, pues de 120 peticiones de colaboradores para viajar, sólo autorizó 20.

Mientras la burocracia dorada se daba la gran vida, el pueblo tenía carencias. Y eso no les gusta. La inconformidad viene también de los intelectuales y de los científicos, destacó.

“¿Qué les recuerdo a los intelectuales? (…) se acostumbraron a vivir colmados de atenciones, de privilegios. Pues ya no. Y qué bueno que se está debatiendo todo este tema.”

Por otro lado, dijo que ya están listos los lineamientos de la publicidad oficial, que ya no reditará el esquema de control que regía antes, pues no estará asociado a acotar la crítica al gobierno.