Coinciden Trump, Trudeau y AMLO: subir salarios
Aeropuerto: el meganegocio de los terrenos vecinos
La pensión de Obama es la mitad de su sueldo
El miedo a AMLO
Pejeleaks en postes y calles
Encuestas
telefónicas
Videos con Meade salvador
La guerra comercial
TLCAN: una condición más
Trump: 15 dólares por hora
Guajardo: no es alcanzable
a escalada de hostilidades verbales entre Estados Unidos y Rusia se incrementó el fin de semana anterior a raíz de un ataque en la ciudad siria de Duma, presuntamente perpetrado con armas químicas, por el cual habrían perecido decenas de personas y afectado a 500, de acuerdo con reportes de organizaciones pro occidentales que operan en el terreno.
Exigen libertad de Lula y dejarlo contender en comicios
l encarcelamiento de Luis Inázio Lula da Silva, el sábado 7 de abril, configura un capítulo más en la tragedia de nuestra América, en la ruptura institucional profunda que vive Brasil, así como en otros países de América Latina.
ingún sector de la sociedad mexicana ha sido más marginado, asediado y amenazado durante estos 30 años de neoliberalismo como la gente del campo
, y al mismo tiempo, ninguno ha levantado con tanta dignidad la resistencia. Para la cosmovisión neoliberal
, esencialmente clasista y racista, el campesinado, los indígenas, los afromexicanos y los jornaleros agrícolas son una fracción arcaica, primitiva y atrasada que si pudieran los eliminarían para siempre de la faz de la patria. Esta soberbia de origen urbano e industrial niega o ignora que en el metabolismo esencial entre la naturaleza y las sociedades los actores rurales son los que proveen de alimentos, agua, energía y materias primas diversas a las ciudades y a los polos industriales. En México, además, es allá en las zonas rurales donde se encuentra su máximo legado biocultural: los herederos de la civilización mesoamericana (con 7 mil años de historia como lo indica el maíz) y una extraordinaria riqueza biológica y ecológica. A ello hay que agregar todavía lo que la revolución esencialmente agraria de principios del siglo XX imprimió en la realidad del país: el fin de los latifundios y el reparto de la tierra durante las siguientes décadas, es decir, la recampesinización del país, una nueva legislación encabezada por el artículo 27 de la Constitución de 1917, y la recreación del torrente civilizatorio mesoamericano resultado del reconocimiento de las comunidades indígenas. Con ello la nación recuperó de alguna forma su memoria histórica de largo aliento, y cierta reciedumbre civilizatoria. En todo ello la figura suprema fue Emiliano Zapata y su Plan de Ayala, promulgado en noviembre de 1911, que sigue reverberando a lo largo y ancho del México rural.
l uso del herbicida glifosato ha aumentado exponencialmente a partir de la liberación comercial de los cultivos genéticamente modificados en 1996. En 2016 se contabilizaban 86.5 millones de hectáreas sembradas con transgénicos tolerantes a herbicidas. La liberación y proliferación mundial de los cultivos transgénicos se deben al poder económico y a las fuertes y tramposas campañas mediáticas de las corporaciones productoras y comercializadoras de estos cultivos: prometieron aumentar rendimientos, abatir el hambre en el mundo y disminuir el uso de tóxicos. Después de casi 30 años de las primeras liberaciones de estos cultivos, todas estas falsas promesas han quedado claramente desmentidas.
ale la pena repetir esa frase de Lula: miles o cientos de miles de brasileños encarnan hoy la idea de justicia social por la que peleó el dirigente, sacando a casi 30 millones de la pobreza.
bel Barrera era seminarista cuando, en su natal Tlapa, Guerrero, vio cómo la policía judicial y el Ejército bajaban de la Montaña a indígenas amarrados como si fueran animales. Los traían caminando, salvajemente golpeados, con la ropa raída y los pies desnudos y ensangrentados.
or primera vez desde que Donald Trump cabalgó la carrera a la Casa Blanca montado en el antimexicanismo y el racismo más grotesco y mentiroso, el pasado jueves Enrique Peña Nieto emitió el discurso de dignidad que el país había venido reclamándole. No había para dónde hacerse: la decisión del magnate de usar una marcha pacífica de migrantes centroamericanos por el territorio mexicano como pretexto para militarizar la frontera común fue un agravio insoslayable, por desorbitado, una medida de transparente demagogia orientada a exacerbar a los sectores más atrasados de la sociedad estadunidense y consolidar o ganarse su preferencia electoral, así como una presión obvia para obtener concesiones en la renegociación del TLCAN. Por desgracia, las palabras no fueron seguidas por actos que las refrendaran. Era el momento perfecto para instruir a los representantes mexicanos que abandonaran tal renegociación, a la espera de circunstancias nacionales y bilaterales menos desventajosas para los intereses de México; se habría podido suspender o al menos poner en pausa la colaboración migratoria entre ambos países, al amparo de la cual el gobierno vecino mantiene en nuestro territorio todo un aparato de recolección de información y filtros previos para evitar la llegada de migrantes a la frontera común; se habría debido congelar las importaciones de armamento y de bienes y servicios de seguridad. Pero todo quedó en palabras y Trump ni siquiera se molestó en responderlas.
l jueves pasado, el presidente Enrique Peña Nieto envió al Senado de la República una iniciativa de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología, que sin duda puede considerarse la más importante en su administración. Aunque, como no es el único, uno de los ejes principales en la propuesta que ahora tienen en sus manos los legisladores consiste en modificar la actual articulación de la política en esta materia con los periodos sexenales y, a cambio, sentar las bases para una verdadera política de Estado que favorezca a largo plazo el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) en nuestro país.