La discriminación es un proceso de ignorancia, de desconocer quién es el otro, qué quiere; es una carga social, muy pesada para algunos, para los que la sufren día a día. ¿Qué piensa una comunidad de personas con discapacidades varias sobre ese tema y qué opinan sus familias?, es el eje central de un documental, que trata sobre cómo son hechos a un lado los sordos, el cual fue presentado ayer en el salón Digna Ochoa de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Producida por La Matatena, AC, la película Discriminación se proyectó con la asistencia de personas con discapacidad auditiva y sus familiares, sobre todo de sus padres, que han aprendido el lenguaje de señas manuales, gestos, mímica, leyendo los labios y, sobre todo, con mucha paciencia.

Si algo quedó claro al final de la proyección y de la sesión de preguntas y respuestas, es que los sordos enfrentan, si son niños, diversas formas de agresión, como el bullying, el aislamiento, el ocultamiento o el encierro porque a sus padres les da vergüenza que se sepa que tienen un hijo con discapacidad. Una mamá contó que a su hijo su papá lo calla y le grita que es un pendejo.

Esta obra fue realizada por jóvenes y personas adultas con discapacidad auditiva y/o déficit intelectual de la Casa de Cultura del Sordo de la delegación Cuauhtémoc. Es producido por La Matatena, AC, como parte del proyecto Taller Fábrica de Sordos: juntos y más juntos es mejor, en el Programa de Coinversión para el Desarrollo Social del Distrito Federal 2015, y aborda el tema de la no discriminación, además de que es el resultado de 11 sesiones de trabajo con esa comunidad.

A lo largo de la premier, especialistas, maestros o terapeutas tradujeron a los sordos presentes lo que expusieron los participantes en el presídium. Liset Cotera, directora de La Matatena, expuso que la experiencia ha sido muy enriquecedora y subrayó la necesidad de que cada vez más personas aprendan el lenguaje de señas para no condenar a la incomunicación y al silencio a los sordos. Un problema que enfrenta esta comunidad es que pueden ser invisibles, pues un sordo puede pasar a un lado y nadie enterarse de su discapacidad. Hay papás que no se enteran de que su hijo es sordo hasta que están en un grado avanzado en la escuela.

El documental es, inevitablemente, conmovedor. Sólo los padres saben a lo que se han enfrentado para lograr que sus hijos sean independientes, aceptados en la escuela o en un trabajo. La discriminación llega a tal grado que en los centros laborales les cargan la mano y les pagan menos.

Faltan datos precisos

La dimensión del problema es difícil de medir porque faltan datos precisos sobre el número de sordos en la República. Tan sólo en el Distrito Federal se tiene un estimado de 500 mil discapacitados. Un drama es que esta comunidad suele ser relegada en su casa a un rincón, reducida al nivel de objeto o cosa.

Los asistentes concluyeron que para vencer a la discriminación se requiere respetar la vida y los derechos de los sordos, de los ciegos, de las personas en silla de ruedas o de discapacitados mentales.

Lizeth Tututi, responsable de la Casa del Sordo, expresó su agradecimiento a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, al DIF de la capital y a La Matatena por el apoyo a esta comunidad tan necesitada. La discriminación es algo tan cotidiano que, a pesar de que se vive diariamente, no se le ve. Es algo tan difícil de entender porque la sordera no se ve. Los que la padecen no pueden gritar. Mejor se callan y esperan.

Varios papás comentaron que hay leyes que protegen a los discapacitados, pero no se instrumentan. Aparte de esta inoperancia, es evidente la falta de personal especializado, de transporte especial, con rampas; que los conductores no dejen su transporte en sitios que obstruyan el paso de las sillas de ruedas; aumentar la cultura cívica en el transporte público, para que los usuarios sanos dejen el asiento a los discapcitados.

A los sordos que participaron se les entregó un reconocimiento, que fue quizá el primer diploma que reciben en su vida. Los asistentes elevaron sus manos y las agitaron. Eso significa gracias.

De acuerdo con el Censo General de Población y Vivienda 2010, el número de personas que tienen alguna limitación física o mental corresponde a 5.7 millones, de los cuales 51.1 por ciento son mujeres y 48.9 hombres. La población con discapacidad representa 5.1 por ciento de la población total del país.

El documental Discriminación será subido a redes sociales. Para mayor información, comunicarse al 5033-4681 o [email protected].