Desplazados sunitas, que huyeron de la cruenta lucha en esa ciudad, llegan a las afueras de Bagdad, la capital iraquí. Milicianos chiítas y el gobierno de Irak se alistaban para lanzar una contraofensiva para recuperar Ramadi, que fue ocupada por el Estado Islámico en una batalla de tres días. La mayor parte de la población, que alguna vez fue de 600 mil habitantes, abandonó la región desde principio de 2014, cuando comenzaron los combates. Estados Unidos también desea un rápido contrataque y centra su apoyo en bombardeos Foto Reuters