La embajada de Austria en México considera que sería muy lamentable que la exposición del artista Hermann Nitsch no se monte en el Distrito Federal.

La embajadora Eva Hager expresa en una carta una serie de reflexiones sobre la obra del artista austriaco, así como la reciente y sorpresiva suspensión de la muestra programada en el Museo Jumex y el debate suscitado en la opinión pública.

Hermann Nitsch es sin duda uno de los artistas contemporáneos más importantes de Austria. Desde sus inicios en los años 60 dentro del círculo de los accionistas vieneses, Nitsch inspiró por décadas a artistas de todo el mundo a través de sus obras y así marcó la historia contemporánea del arte, opina la diplomática.

En sus obras, presenta la vida real con temas centrales como el nacimiento, la muerte, la resurrección y el amor. Fueron expuestas en los museos y espacios más destacados a nivel mundial. Hasta ahora nunca se canceló ninguna de sus acciones, expresa en el texto.

La muestra de Nitsch sería presentada a finales de febrero. El artista es un representante de la corriente del accionismo vienés, nacida a mediados del siglo XX, que con instalaciones y performances rompió con el estoicismo de la creación artística.

Sin embargo, el pasado 30 de enero el museo anunció en un escueto comunicado la suspensión de la exposición y que en su lugar se presentará Colección abierta 02, que reúne piezas de la Colección Jumex. Los representantes de la institución dedicada al arte contemporáneo no explicaron las razones de esa decisión.

Días antes, diversos grupos defensores de animales manifestaron su inconformidad. Incluso la organización Change difundió una carta en la que solicitaba al Museo Jumex no acoger la exposición de Nitsch por mutilar, degollar, asesinar y al final exhibir los cadáveres de animales sintientes.

Al respecto, la embajadora Hager expresa en la misiva: La obra de Nitsch critica precisamente la utilización industrializada de animales para el consumo, así como la actitud de una sociedad que considera los productos animales como productos desechables.

Enfatiza que en sus teatros sacrales se utilizan restos de animales provenientes de carnicerías y no que sean matados por orden de Nitsch.

Dice que en diversas críticas se ha mencionado de carácter blasfemo o supuesto abuso. La obra de Nitsch, el ritual y el sacrificio representan conceptos profundamente anclados en la conciencia de la humanidad. Estos anexan a aquellos tiempos en los que se percibía al animal como ser vivo y respetado.

Hager afirma que el arte vive de discusión y disidencia, del acuerdo y el desacuerdo.