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Felipe Garrido
Una mora
Y entre esos cien que ahí quedaban, con pocos mantenimientos, había una casada que, antes de que sucediesen, había dicho al capitán muchas cosas que acaecieron como ella lo había dicho; y cuando vio que iba adelante con sus hombres, que no entrase le dijo, porque ni él ni ninguno de los que con él iban no volverían de esa tierra. Y el capitán entonces le respondió que él y todos los que con él iban, iban a pelear y a conquistar tierra y gentes y el oro que hubiese, y que rescatándolo, lo tenía por muy cierto, muchos habían de morir; pero aquellos que quedaren serían ricos e de buena ventura porque él tenía noticia de la riqueza que esa tierra había y que le dijese quién le decía todas las cosas que había dicho, que nos habían sucedido así como ella lo decía, y ella dijo luego que se las decía una mora; y más iba a decir cuando vio que yo la estaba mirando y se demudó y perdió la voz y... [De Nuevas navegaciones..., de Antón Gil, el Xamurado.] |