Abrió las actividades sonoras del encuentro el grupo veracruzano Macuiles
Bajofondo entusiasmó a medias y Edward Sharpe... cumplió con su pop sicodélico
Sábado 22 de marzo de 2014, p. 8
Papantla, Ver., 21 de marzo.
Un cúmulo de sonidos luminosos y cambiantes, desde el tango electrónico al pop sicodélico, que pasó por el folk rock hasta el surf menesteroso, llegó a la primera jornada musical de la Cumbre Tajín, donde se presentaron Macuiles, seguidos de L.A. y los argentinos de Bajofondo, que dieron paso a los sorprendentes Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, para concluir con el esperado Jack Johnson.
Los primeros que salieron para inaugurar las actividades musicales de los 15 años de la Cumbre Tajín fueron los integrantes de la banda veracruzana Macuiles, que sintetizaron, en escasos 30 minutos, la cultura e historia del son jarocho con temas como La gallina, Mientras no digas nada, Dejarlo todo y Alebrije, entre otras.
Después llegaron los mallorquines de L.A, quienes fincaron su presentación en las canciones de su tercer álbum, Dualize, aunque también incluyeron algunas de Heavenly Hell y de SLNT FLM. Liderado por Luis Albert Segura, la cruda sonoridad de la banda logró su cometido al captar la atención de los pocos asistentes que le cayeron al inicio de actividades del festival.
De la fascinación al fastidio
En su turno, Bajofondo, con su líder, Gustavo Santaolalla, llegó con su electro tango que por momentos cautivó y en otros más su monótono ritmo fastidió a un foro que alcanzó la medianía emocional.
Mareo y Para bailar lograron un buen momento en el espectáculo de Bajofondo, que alcanzó la cima de su actuación cuando los silbatos y el atisbo biográfico disfrazado de porra rezó: Somos de Argentina y Uruguay; en nuestros conciertos bailan hasta los muertos y los que nos quieren igualar les faltan güevos a la hora de tocar...
Por su lado, Edward Sharpe and the Magnetics Zeros, especie de comuna musical angelina, desembarcó en la Cumbre Tajín con su pop sicodélico de alto octanaje, haciendo las delicias de sensibilidades lúdicas/abiertas e igualmente para delicadezas nostálgicas/exigentes ancladas en la más pura tradición del folk.
Edward Sharpe... sorprendió a los escasos asistentes con su desgarbado concierto, donde mostraron su amplio arsenal de sonidos extraído de las décadas de los 60 y 70, rozando una extremadamente buenaondita, que cumplió y puso a brincotear a todo mundo.
En Home, que el líder y fundador de la banda Alex Ebert y Jade Castrinos entonan juntos, se salieron del guion e invitaron a alguien del público a que subiera a contar una historia o a hacer una petición. Un espontáneo de unos 30 años, que estaba en la primera fila, subió, tomó el micrófono y pidió a su novia que se casara con él; la cámara enfocó a la desconcertada mujer, quien sólo atinó a decir sí. La agrupación informó la buena nueva y el público, entre animado y maravillado, comenzó a corear beso, beso, beso
. Los músicos en el escenario estaban extrañados al no poder descifrar el coro, pero sonrieron al ver que la pareja se besó y concluyeron su canción.
Por último llegó el surfista, cineasta, actor y músico Jack Johnson, quien encontró con sus cantos de libertad creativa un receptáculo original en el Parque Takilhsukut, que le proporcionó un hábitat natural, donde Jonson interpretó Mudfootball, Taylor, Sitting y Flake.
El hawaiano, haciendo valer su condición de cabeza de cartel, demostró que el boleto se pagó para verlo, pues todo el público festejó hasta la saciedad cada una de las 18 canciones que interpretó.
Llegaaron también Hall be released, Radiate, Heart, Eyes y Bubble, temas con los cuales se le vio ya muy cómodo en el escenario.
Así trascurrió la actuación, sin sobresaltos, pero imprimiendo una energía sosegada que por momentos se podía tocar.
Llegó Wasting, I Go to you, Tape, Banana y Shot, el concierto no bajó de nivel, incluso palomeó con casi todos los integrantes de Edward Sharpe... para hacer las delicias del público, que quedó al borde de la liviandad.