Veinte años de Tratado de Libre Comercio e importaciones desordenadas promovidas desde el gobierno federal son causa del descontento generalizado entre los productores de maíz que, con el desplome de los precios del grano, van directo a la quiebra. Y esto ocurre a pesar de que este año lograron una buena cosecha, de alrededor de 23 millones de toneladas, aseguró Víctor Suárez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).

Señaló que el panorama es negativo por la carencia de un sistema de precios justo para los agricultores. Las autoridades se han negado a reconocer la necesidad de apoyar la producción nacional de maíz y lograr que el país alcance la autosuficiencia, lo que es totalmente factible.

Entre otros aspectos, se requiere un precio que tome en cuenta el aumento de los costos de los campesinos y revertir la decisión de pagar 2 mil 800 a 2 mil 900 pesos por tonelada, cuando el año pasado se pagó a 4 mil pesos.

Ni siquiera la situación del mercado internacional justifica lo que pasa en México, dijo. Una tonelada de maíz blanco que se compre en Estados Unidos vale 3 mil 600 pesos, lo que nada tiene que ver con lo que se pretende pagar a los agricultores nacionales.

Eso es lo que explica el descontento que hay en el país, y que en los últimos días se hizo evidente en Jalisco, donde hubo movilizaciones de los productores e incluso bloqueos carreteros.

Lo más injusto, dijo Víctor Suárez, es que a pesar de la caída en el precio del maíz, los de la tortilla y la harina de maíz pasaron de ocho a 12 y 15 pesos por kilogramo.

En entrevista, el dirigente explicó que la causa del problema está en los acuerdos comerciales, principalmente el de América del Norte, y la decisión del ex presidente Felipe Calderón, en 2008, de permitir la libre importación de maíz de cualquier parte del mundo sin pagar aranceles.

Productores de maíz de Ayutla, Guerrero, en imagen de archivoFoto Guillermo Sologuren

El decreto se abrogó hace unos días, pero ya es demasiado tarde, porque al amparo del mismo ya se hicieron compras y contratos para entrega en enero y febrero de 2014 de maíz procedente de Argentina, Brasil y Sudáfrica. En tanto, aquí a los productores nacionales no hay quién les compre, a menos que acepten el pago de 2 mil 800 pesos la tonelada.

Con esos precios la gente no sale, va a la quiebra directa, lo que a su vez repercutirá en el aumento de la cartera vencida y la imposibilidad de sembrar en el próximo ciclo agrícola.

Por eso las movilizaciones que exigen el pago garantizado de 4 mil 100 pesos por tonelada de maíz; la cancelación de las importaciones; que Diconsa aumente sus compras del grano y las realice de manera directa con los productores, es decir, sin intermediarios ni trasnacionales que especulan con el precio del producto.

Los únicos beneficiados de los acuerdos comerciales han sido los monopolios agroalimentarios. El director de ANEC comentó que el plan sectorial de la Secretaría de Agricultura plantea entre sus objetivos aumentar la producción de maíz de 60 a 75 por ciento de la demanda nacional, así como bajar las importaciones del 45 por ciento actual a no más de 25 por ciento. Esa meta será hueca y demagógica sin un sistema de precios remunerativo y una certidumbre en la comercialización de las cosechas de granos básicos, sostuvo.