La creación de un banco central en EU causó pugnas en el gabinete de George Washington
Domingo 22 de diciembre de 2013, p. 29
Washington, 21 de diciembre.
La Reserva Federal estadunidense vigila la buena marcha de la coyuntura del país. Sus decisiones son capaces de influir en la economía mundial, pero la institución que celebra el lunes 100 años de su nacimiento, es también blanco de numerosas críticas. Cuando el entonces presidente estadunidense Woodrow Wilson creó la Reserva Federal (Fed), el banco emisor del país, el 23 de diciembre de 1913, ya habían fracasado dos proyectos similares anteriores.
En 1791, el Congreso fundó el First Bank (Primer Banco) de Estados Unidos, pero la creación de un banco central era un asunto tan controvertido que provocó el surgimiento de frentes políticos en el gabinete del primer presidente del país norteamericano, George Washington. Y fue así como de repente, los estadunidenses no sólo tuvieron un banco emisor, sino también un sistema político bipartidista.
El controvertido experimento finalizó tan sólo 20 años después, pero fue repetido en 1816, para contener una inflación imparable. Sin embargo, el Second Bank
no logró sobrevivir ni siquiera dos décadas.
El presidente Andrew Jackson ya no lo quería por considerarlo elitista. Si las leyes logran hacer más ricos a los ricos, más poderosos a los poderosos, entonces los miembros más humildes de la sociedad, los campesinos, mecánicos y trabajadores tienen el derecho de quejarse de las injusticias de su Estado
, argumentó.
El intento número tres, la actual Fed, posiblemente ya no debe temer más por su existencia. Es considerado el banco emisor más poderoso del mundo, es indispensable para la mayor economía del planeta y además cuenta en su haber algunos éxitos en su siglo de existencia.
Por ejemplo: tuvo que guiar la economía del país durante la Gran Depresión, además de atravesar guerras y más de diez recesiones. En gran parte independiente de la política, controla y regula los bancos y tiene influencia sobre las condiciones para la concesión de créditos. Sus objetivos principales son garantizar una alta ocupación laboral y la estabilidad de los precios.
Siete miembros de la Junta de Gobernadores, designados por el presidente de Estados Unidos para un mandato de 14 años, así como los directores de 12 bancos emisores locales tienen, con su política monetaria, el destino de la coyuntura estadunidense en sus manos.
Pero la cara visible de la Fed es su presidente. Nombres como Paul Volcker (1979-1987), Alan Greenspan (1987-2006) y Ben Bernanke (desde 2006) no son conocidos sólo entre los economistas. Los tres tuvieron que enfrentar sus propias crisis y economistas e historiadores debaten sus logros. Y en enero de 2014 Janet Yellen será la primera mujer que asumirá la presidencia de la Fed.
Pero el banco emisor no es inmune a las críticas: su intervención tras el martes negro
de 1929 en Wall Street fue considerada por muchos insuficiente. Durante el mandato de Volcker, el aumento de las tasas de interés como forma de combatir la inflación arrastró al país a una recesión en 1980.
A Greenspan se le acusa no sólo de haber ignorado la burbuja inmobiliaria que en 2007 causó la crisis financiera más grave desde la Segunda Guerra Mundial, sino también de haberla fomentado. Y Bernanke se enfrenta a las críticas por una reacción desproporcionada a la crisis al aplicar su política de dinero ultrabarato.