Moscú, 9 de diciembre.

De acuerdo con el proyecto de amnistía que el presidente Vladimir Putin envió este lunes a la Duma, Cámara baja del Parlamento ruso, podrán quedar en libertad Nadezhda Tolokonnikova y Maria Aliojina, integrantes del grupo Pussy Riot, los activistas de Greenpeace y ocho de los treinta detenidos por los disturbios del 6 de mayo del año anterior.

Dada la amplia mayoría con que cuenta el partido oficialista Rusia Unida es de suponer que el borrador de esta amnistía, con motivo del 20 aniversario de la Constitución vigente, que se cumple el próximo 12 de diciembre, sufrirá mínimas modificaciones.

La medida va a beneficiar a cerca de 20 mil personas, que podrán salir de la cárcel, salvo aquellas personas que insistan en su inocencia y rechacen por escrito ser amnistiadas.

La idea de la amnistía, según se adelanta en un comunicado difundido esta noche en la web de la Presidencia de Rusia, es liberar del castigo y de la responsabilidad penal a las categorías menos protegidas de los condenados e imputados por haber cometido un delito, así como a las personas con méritos ante la Patria.

Entre los beneficiados, sólo aquellos cuyo delito suponga penas menores a cinco años de reclusión, están los menores de edad, las madres de hijos pequeños, las embarazadas y las mujeres mayores de 60 años. Igualmente, los hombres mayores de 60 años, los minusválidos, los participantes en la liquidación de la catástrofe nuclear de Chernobyl, los militares y cualquier persona que haya participado en acciones de combate o en acciones para defender la Patria.

Las muchachas de Pussy Riot deben salir de prisión por ser madres de hijos pequeños y por el artículo 213 (vandalismo) que les supuso una condena de dos años por cantar una oración punk contra el presidente Putin en un templo ortodoxo. Es el mismo artículo por el que se encuentran en libertad bajo fianza los treinta activistas de Greenpeace que intentaron protestar contra la perforación de petróleo en el Ártico.

Quedan excluidos –aparte de los condenados por asesinato, organización de rebelión armada, violación y otros delitos graves–, Aleksei Navalny, líder emergente de la oposición, condenado a cinco años de prisión de modo condicional por un supuesto robo de madera, y Mijail Jodorkovsky, ex magnate petrolero encarcelado tras dos juicios por estafa, evasión fiscal, robo de crudo, lavado de dinero y otros delitos.

Enfrentados ambos personalmente con Putin, Navalny no podrá ser postulado como candidato presidencial en 2018 y Jodorkovsky, unos meses antes de quedar en libertad, será sometido a un tercer juicio. La procuraduría quiere imputarle el haber financiado, desde la cárcel, a los expertos rusos que concluyeron que se cometieron irregularidades en el segundo juicio en su contra y, según ha trascendido, trata de armar una acusación más grave en su contra.

Tampoco quedarán en libertad la mayoría de los detenidos en los disturbios del 6 de mayo de 2012, en pleno juicio actualmente, a quienes se incrimina organizar hechos violentos contra las autoridades o agredir a los representantes del orden (policía) o dañar las propiedades públicas.

Pero no todos los amnistiados podrán pasar las fiestas de Año Nuevo con sus familiares. El borrador presidencial propone que el cumplimiento de la amnistía se haga efectivo antes de seis meses a partir de su entrada en vigor cuando lo apruebe la Duma, o sea, la misma fecha o hasta la víspera de que termine el plazo, a criterio del sistema penitenciario federal para cada uno de los casos.