Lamenta Miguel Concha panorama social de pobreza y violencia que deja gobierno saliente
Un pequeño altar es para el campo mexicano, olvidado e invadido de cultivos de transgénicos
Viernes 2 de noviembre de 2012, p. 38
El Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria (CDHFV) inauguró ayer su ofrenda de Día de Muertos, dedicada en esta ocasión a la memoria de los periodistas y defensores de las garantías individuales que han sido asesinados durante el sexenio que está por concluir.
En su altar principal, instalado en el Centro Cultural Universitario, el colectivo rindió homenaje tanto a algunas figuras históricas en la defensa de los derechos humanos, como fray Bartolomé de las Casas, Miguel Agustín Pro Juárez y el propio fray Francisco de Vitoria, como a personajes contemporáneos, entre ellos Digna Ochoa y los obispos Samuel Ruiz, Sergio Méndez Arceo y Óscar Arnulfo Romero.
Al lado de un enorme tapete hecho de pétalos y aserrín de colores, que conmemora los 28 años del CDHFV, los responsables de la ofrenda instalaron una manta con el nombre y la fotografía de muchos de los activistas de derechos humanos y periodistas que han sido muertos en años recientes debido a su trabajo.
En una superficie que impresiona por sus grandes dimensiones y la gran cantidad de víctimas que figuran ahí, aparecen los rostros de Marisela Escobedo, Susana Chávez, Trinidad de la Cruz o Nepomuceno Moreno, al igual que los de comunicadoras asesinadas como Regina Martínez, Yolanda Ordaz, Marcela Yarce y Rocío González Trápaga, por sólo mencionar algunas de las más conocidos.
Del otro lado de la sala, se ve una instalación de pañuelos en donde se bordó con hilo rojo una breve descripción de algunos de los miles de casos de desaparición forzada, ejecución extrajudicial o tortura ocurridos como parte de la guerra
contra el crimen organizado, para evitar que se olviden los nombres o las circunstancias de esos crímenes.
De igual forma, en medio de las tradicionales calaveritas de azúcar, veladoras y flores de cempasúchil, se montó Miguel Concha, director del Centro Vitoria, dijo a La Jornada, la importancia de rescatar la memoria de los luchadores sociales asesinados y lamentó que la administración federal que está a punto de concluir deje un panorama social de mayor pobreza, violencia, inseguridad y subdesarrollo.
Clara Meyra, coordinadora general, coincidió en la necesidad de destacar los crímenes de lesa humanidad cometidos por la estrategia de seguridad del presidente Felipe Calderón, así como el legado de quienes han perdido la vida por defender y promover los derechos humanos.
La ofrenda, cuya realización tomó dos meses de trabajo a los 40 jóvenes que la diseñaron y montaron, permanecerá en el Centro Universitario Cultural hasta el martes 6 de noviembre.