DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   26 DE MARZO DE 2012 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Retos y oportunidades de las pesquerías mexicanas, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sustentable
Miguel A. Cisneros Mata

El co-manejo pesquero en México
José Alberto Zepeda Domínguez, Daniel Lluch Belda, Germán Ponce Díaz y Alejandro Espinoza Tenorio

Arrecifes coralinos, su importancia para las pesquerías
Luis E. Calderón Aguilera y Héctor Reyes Bonillaa

Gigantes del océano: el tiburón ballena
Dení Ramírez Macías

El manejo de la pesquería de pulpo en Veracruz
Ma. de Lourdes Jiménez Badillo

Las pesquerías de tiburones y rayas del Golfo de México
Juan Carlos Pérez Jiménez


Números anteriores


Correo electrónico:

[email protected]

  

El co-manejo pesquero en México

José Alberto Zepeda Domínguez*, Daniel Lluch Belda*, Germán Ponce Díaz* y Alejandro Espinoza Tenorio**
*Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar-IPN) **El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Correos electrónicos respectivos: [email protected] [email protected] [email protected] [email protected]

La pesca es una fuente de empleo y dinero para los habitantes de las zonas costeras. Como la proporción de mexicanos que habitan en ellas es cada vez mayor, su importancia también se ha incrementado. El pescado es la fuente de proteína animal más barata que se conoce y puede ser la respuesta a alguno de los problemas de desnutrición y obesidad que sufre el país. La pesca se realiza en todas las costas del país, incluso en aquellas regiones remotas donde las actividades productivas son limitadas; sin pesca toda esa gente tendría que buscar otra actividad (legal o ilegal) para poder vivir y dar sustento a sus familias.

En México, el mar y sus recursos pertenecen a la Nación, es decir, a todos los mexicanos. La dinámica del mar hace que las actividades que se realizan en las costas frente a algún estado tengan repercusiones en otros. Por lo anterior, históricamente, la pesca ha sido regulada por el gobierno federal; desde la capital se dictaban las medidas que debían ser aplicadas en todo el país. Tales medidas no tomaban en cuenta aspectos regionales importantes.

Los recursos pesqueros son difíciles de manejar porque hasta que no son sacados del mar no pertenecen a nadie. Por tanto, los pescadores intentan capturar la mayor cantidad de pescado lo antes posible, ya que de no hacerlo ellos, otros lo harán; este comportamiento origina que se pesque sin tomar en cuenta si se dejan suficientes peces en el mar para que se pueda seguir pescando en el futuro.

En la segunda mitad del siglo XX, esta forma de manejo logró incrementar la captura de pescado y los empleos ofrecidos por el sector; sin embargo, varias poblaciones de peces fueron diezmadas hasta niveles poblacionales que no permitían su explotación. Por ese entonces apareció el interés por la conservación del medio ambiente y, con éste, todo un movimiento social que se ha convertido en uno de los sectores más influyentes en la toma de decisiones sobre actividades que afecten a los recursos naturales.

En aquel momento, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fomentó una nueva forma de manejar los recursos pesqueros. Pensando en aquellos países donde los gobiernos no eran lo suficientemente fuertes para hacer respetar las medidas que dictaban, resultaba más eficiente establecer un sistema de manejo donde los pescadores mismos se organizaran y cooperaran con el gobierno para alcanzar acuerdos y aplicar medidas que cubrieran los objetivos oficiales (mantener la producción de la pesquería y ofrecer empleo de manera sostenida) y de ellos mismos (satisfacer sus necesidades alimenticias y económicas).

Esta forma de manejar los recursos (alcanzando acuerdos y aplicando medidas entre todos, en vez de obedecer los designios del gobierno central) se comenzó a implementar de varias maneras y en muchos países. Para 1980, a este sistema se le conocía como “co-manejo”, resultado de juntar las palabras cooperación y manejo. En México, desde los años noventa pasados varios expertos (investigadores gubernamentales, científicos pesqueros y cooperantes ambientalistas) han propuesto al co-manejo como una de las respuestas más factibles a algunos de los problemas de la pesca.

México está intentando establecer al co-manejo como el sistema generalizado para sus pesquerías. Ayuda a que todos los involucrados en la administración de una pesquería sean escuchados y tomados en cuenta en las decisiones que ayuden a pescar en el presente y en el futuro, sin alterar negativamente los ecosistemas marinos ni a la gente que vive de la pesca. El co-manejo no garantiza que todos quedarán conformes o que se cumplirá con todo lo que todos pidan, pero sí supone que tendrán una respuesta ante las diferencias que se discutan.

El gobierno federal ya aprobó una nueva Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentable (se promulgó desde el 2007), la base legal que indica cómo deberían manejarse las pesquerías. Desafortunadamente, aún no se ha publicado el reglamento correspondiente, por lo que las autoridades todavía no pueden imponer sanciones a los que no la acaten.

El co-manejo funciona a través de los consejos de pesca, los foros en que se pueden reunir los representantes de todos aquellos que se consideran a sí mismos afectados por las decisiones que se tomen alrededor de la pesca. Generalmente estos involucrados son los gobiernos –federal, estatal y municipal–, los pescadores, los científicos pesqueros, los ambientalistas y los representantes de industrias asociadas a la pesca.

En México se han formado muchos consejos de pesca (el federal, los estatales, los municipales y los sistema-producto), pero falta que su opinión sea más importante de lo que es ahora. Pero el que existan posibilita que ellos mismos puedan luchar para que esto se logre. Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa son algunos de los estados más avanzados en este aspecto.

En la península de Baja California hay ejemplos de pesquerías co-manejadas; las cooperativas pesqueras de la región media de la península del litoral Pacífico han alcanzado una buena calidad de vida para sus miembros y una pesquería sustentable que dará empleo y alimento a muchas generaciones de pescadores. Los pescadores, gobiernos, las organizaciones no gubernamentales ambientalistas (ONG), los científicos del gobierno y de las instituciones de investigación (Cicimar, Cibnor, UABCS, UABC, IPN, Inapesca, etc.), cooperan cada uno con lo que mejor puede: unos aportan información técnica y biológica de los recursos (los investigadores), otros actúan como enlace entre pescadores y organismos internacionales que ayudan a comercializar los productos (gobierno y ONG), otros sirven de vías de comunicación entre los mismos pescadores y otros asociados (ONG).

Una tarea clave que antes efectuaba el gobierno y que ahora realizan los pescadores es la vigilancia coordinada de las zonas concesionadas. Los pescadores se han organizado entre ellos y logrado formar asociaciones fuertes que les permiten participar activamente en estas tareas y beneficiarse de la ley. Actualmente, estos pescadores son ejemplo para muchos otros del país e incluso del extranjero que han venido a observar la forma en que se organizan.

En las costas del sur del país se ha alcanzado otro tipo de co-manejo, diferente al del noroeste pero igual de valioso dadas las condiciones sociales y de infraestructura que prevalecen en la región. En estos casos, los aspectos culturales tanto como los técnicos parecen jugar un papel clave. Los pescadores de estas regiones han encontrado en sus tradiciones culturales las respuestas en cuanto al respeto al medio ambiente y las formas de organización cooperativa, características clave para el co-manejo. Las diferencias entre etnias, la desconfianza en las autoridades y la falta de capacitación técnica no han ayudado a alcanzar el co-manejo, pero atendiendo estos aspectos es de esperarse una mejora en los próximos años.

No todos los ejemplos de manejo pesquero son negativos. Hay que aprender de lo que se hace bien y corregir lo que se hace mal, aceptar que todas las personas que están relacionadas con la pesca pueden ayudar a que sean más los casos de éxito. El co-manejo no es una técnica más que extranjeros quieran imponer en México; tampoco es una receta de cocina que solucionará los problemas de todas las pesquerías, es más bien una forma de atacar esos problemas y será más útil en unas pesquerías que en otras.

Hay mucho camino por recorrer para que en el país se implemente el co-manejo y que todos los involucrados sean tomados en cuenta antes de decidir qué hacer con la pesca. Sin embargo, hoy la ley nos da el derecho de involucrarnos en la toma de decisiones y búsqueda de respuestas a los problemas existentes en la pesca. Esto tiene una responsabilidad mayor a la tradición de quejarnos de la forma en que se hacen las cosas pero sin ayudar a que estas mejoren. El riesgo de no hacer nada es que aquellos que decidan hacer algo podrán ser los únicos que sean tomados en cuenta al momento de decidir.

Ir al inicio